Eren observaba a Levi, habia sido el amante más receptivo que jamás habia conocido y su belleza a pesar de ser un chico era increíble. Ambos estuvieron envueltos en aquél dilema que al solucionarlo se olvidó de todo incluyendo el hecho de que aún llevaba calzado, en ese momento no le importó más que tenerlo entre sus brazos y evitar perderlo. Pensó en todo lo malo que hizo al tratarlo de esa forma y las consecuencias que pudo provocar, agradecía que no hubiese estado presente cuando Nanaba presentó la opción de dar en adopción a su hijo; no queria imaginar si eso hubiese pasado. Contempló ese niveo rostro tan sereno al dormir, parte de su cabello azabache cubria apenas una parte dándole un aspecto tierno y provocativo; pensó que tendria hambre cuando despertara por lo que decidió levantarse con cuidado pero al hacerlo...sus orbes repararon en ese bulto que cargaba en su cuerpo. Le sentaba bien; le lucia precioso. Quiso tocarlo por primera vez después de tanto tiempo ignorando su presencia, quiso sentir a esa criatura moverse; queria saber que existía y dejarse en claro que era suyo más se contuvo de hacerlo. Una oleada de recuerdos y sentimientos surgieron del abismo en su memoria causándole daño de nueva cuenta, no era fácil digerir la noticia de que iba ser padre; mucho menos cuando aquello aún le afectaba. Estaba pálido, no podia procesar todo lo que conllevaba tener a una criatura dependiendo de él en todos los ámbitos. Seria responsable de la felicidad de ese niño, sus manos temblaban. Se pasó una mano por el cabello al imaginarse siendo un fracaso como padre y como pareja de Levi, pensó que merecia más de lo que le ofrecía por la oportunidad de arreglar todo. No queria defraudarlos.
-«Debes hacer las cosas bien, será un buen inicio; él es diferente, es diferente»-
Salió de la habitación sin hacer ruido y se concentró en el calor que aún irradiaba en su ropa al haber tenido a Levi entre sus brazos, su dulce aroma lo llevaba impregnado. Pensó en preparar el desayuno y darle un detalle. Salió hacia el jardín ignorando sus inseguridades, su cabello estaba más revuelto y el sol era agradable; las flores que quedaban eran bellas. Se dio cuenta de que no le habia tomado importancia hasta ese momento, también sabia que Levi no salia ni por asomo; lo habia visto y fue suficiente para ver a un ave en cautiverio. Tomó dos de las flores más bonitas y las colocó dentro de un vaso con agua para completar la bandeja que llevaría; luego se metió al baño a darse una ducha con el pensamiento de que todo iría bien.
.....El azabache se removió en la cama al no sentir el calor del castaño. Al abrir los ojos y no encontrarlo a su lado su pecho dolió, si habia sido un sueño creado por su mente..habia sido el más lindo pero doloroso. Abrazó una almohada contra su rostro sintiéndose un tonto por haber dejado que sus labios y palabras hicieran de las suyas aún en inconsciencia, no queria salir de la cama para volver a la realidad; seguramente se habia ido como siempre..estaba sólo. Quiso gritar para aclarar su mente pero se tranquilizó, no queria llorar de nuevo pero aún así no fue suficiente para levantarse; pensó que su mente era lo más cruel que existía y los sentimientos acumulados solo ayudaban a su tortura. Volvió a cerrar los ojos pero la puerta se abrió y el castaño entró con una bandeja en las manos. Al verlo no supo describir la sensación que tuvo pero lo relacionó con esas mariposas que nunca lo dejaron, no estaba tan formal como solia verlo cada dia. Llevaba apenas una camisa blanca formal con unos cuantos botones abiertos y un pantalón negro que resaltaban su bien formado cuerpo.
-Buenos dias liebe, te traje el desayuno -dijo el castaño dejando la bandeja sobre la mesita de noche.
Levi no respondió por que contenia las ganas de llorar, no era extraño que quisiera hacerlo pero tenia razónes válidas y esa era una de ellas; todo habia sido real.
-B-buenos días..-respondió el azabache al cabo de unos minutos sentándose en el borde de la cama- creí..creí que te habias ido ya..
El castaño se acercó a Levi y le limpió las mejillas con los pulgares. El pelinegro no se habia percatado que algunas lágrimas traviesas habian escapado.

ESTÁS LEYENDO
Mein Liebchen
RandomEren lo eligió sin pensar para saciar lo que le provocaba el mirarlo, inició un juego de placer donde ambos se fundian en un sólo cuerpo desbordando pasión sin sentimientos de por medio para beneficio propio, la codicia bien justificada de uno y el...