Anna estaba parada contra el probador esperando por
Alissya. Tenía una fiesta de cumpleaños de dieciocho de
una de sus primas, y debía ir bien vestida, además quería
conquistar algún que otro chico. Era el décimo vestido
que se probaba, y no le gustaba. Decía que ninguno le
remarcaba la figura que tenía… Amaba la manera en la
que ella aceptaba su cuerpo, y su personalidad… Toda
ella, le caía bien.
— ¡Anna! Elije un vestido, y tráemelo. —Pidió Alissya
desde adentro del probador.
Anna no sabía sobre modas, y tampoco sabía combinar
vestidos con zapatos más maquillaje. No sabía qué color
quedaría con el tono de piel de Alissya, ella era blanca
pero no era pálida…
—No creo… No creo que sea buena idea, ya sabes…. No
soy buena en esto. —Dijo golpeando, la puerta que las
dividía, con los nudillos.
Alissya bufó molesta del otro lado. Y la castaña le dijo que
iría rápidamente a buscar algún vestido. Salió de los
probadores, y caminó hacia la sección de la vestimenta
para fiestas, encontró un vestido azul que llegaba al
cuello, y en la espalda estaba todo abierto. Era corto pero
no lo demasiado, no tenía mangas, y realmente era muy
delicado… Tomó uno de la talla M, y fue donde Alissya, se
lo dio por arriba de la puerta.
Soltó un pequeño grito cuando lo vio, dijo que le
encantaba y que Anna si sabía sobre moda, solo que
nunca había hablado de esta con alguien… Alissya se
enamoró cuando lo vio puesto sobre ella, salió del
pequeño lugar y dio una vuelta, terminando con la mano
sobre su cadera.
Un chico que estaba apoyado en la entrada de todos los
probadores, le silbó, y esta, al darse cuenta, tomó un
color carmesí en sus mejillas. El chico, le sonrió, y Alissya
le devolvió la sonrisa.
—Bueno, ya tienes a un chico. —Anna alzó las cejas,
bromeando.
—Shh… Sigue mirando, estoy nerviosa.
Anna la empujó dentro del probador, y le dijo que se
quitase el vestido, ella lo iría a pagar mientras que Alissya
hablaba con el morocho de aquella esquina. Tenía ojos
cafés, y unos dientes blancos brillantes como reflectores,
si… así de lindo.
Llegó a la caja, y alguien tosió a su espalda, se dio media