Un golpe en el estómago y cayó de rodillas al suelo, una
mano en forma de puño le golpeó el ojo derecho. Este
palpitaba del dolor, los pulmones se le quedaban sin aire,
no podía respirar bien. Había una voz en su cabeza que le
dijera que se defendiera, pero ella no se movía dejaba
que le pegaran. Su cuerpo era un objeto para Sandy y
Anna permitió que lo tratara como tal. Su garganta ahogó
un grito, y volvió a chocar la cabeza contra el piso. La
sangre salía por su nariz y por cualquier parte que tenía
una lastimadura abierta… Le costaba ver, su vista era
borrosa, sus ojos se le cerraban y el dolor todavía seguía
pero nadie la estaba tocando, se escuchaban unos gritos
de una voz grave, masculina y se escuchaba otra fina de
mujer, estas discutían y apenas podía percibir el sonido…
No entendía de que hablaban, no sabía si se gritaban o
qué era lo que sucedía, solo es oían voces mezclándose.
Su conocimiento iba perdiéndose mediante que los
minutos pasaban, cada vez se sentía más débil, no podía
moverse. Estaba tan inmóvil que le asustó, tenía que ir al
médico porque no podía llegar a su casa así, tampoco
podía ver a su padre de tal modo. Escuchó unos pasos
fuerte yéndose del lugar y esa voz masculina le habló.
Anna no prestaba atención porqué simplemente sentía un
agudo pitido en su oído, quería gritar, llorar, salir
corriendo pero sus fuerzas estaban tres metros bajo
tierra. Su respiración era entrecortada.
La tomaron entre los brazos, y su cabeza cayó por detrás
viendo todo más borroso y raro. Intentó sujetarse a algo
pero sus manos resbalaban de lo que la estaba llevando.
Deseó que fuera un sueño, una pesadilla y pidió
despertar pero no era eso. Sólo intentaba crearse una
ilusión para alejar el dolor que consumía su cuerpo.
Quería ir a su casa, tomar un baño en su bañera por unas
horas relajando su cuerpo, quería dormir en su cama tan
cómoda y cálida. Mirar televisión, comer una pizza y
tomar soda mientras la película que se reproducía
mostraba un amor imposible…
Cerró los ojos y una voz le susurró que no se fuera, que
siguiera con los ojos abiertos. Después sintió algo bajo su
cuerpo, era como un colchón pero no tan cómodo pero
era lo bastante bueno en ese momento, su cuerpo se dejó