Habían pasado semanas de todo aquello y Anna se sentía
de la misma manera que a principios de año cuando tuvo
que ingresar al Instituto de nuevo, nunca sintió una
depresión como cuando perdió a su madre hasta ahora.
Perdió a su papá y a dos “amigos” porque de alguna
manera, Alissya la escuchó cuando nadie lo hacía, seguía
sin creer de sus palabras del todo. Y Justin, lo mismo, él
había una de las razones por la que dejó marcas
alrededor de su brazo y no le había perdonado pero sí
estuvo cuando necesitó alguien.
No sabía qué hacer con su vida en ese momento. No iba
a perdonarlos, no ahora, tal vez jamás lo hacía… No era
algo fácil de lograr, directamente ir y decirle: “Los
perdono.” La vida no funcionaba de esa manera, nunca
fue de ese modo.
Hace cuanto que no iba a la biblioteca, al entrar vio a la
misma señora que antes solía ver todas las mañanas, sus
ojos celestes resplandecían más que lo normal. Una
sonrisa se extendió por el rostro arrugado de la mujer,
era una sonrisa vaga pero, lo era. Le hizo una seña con la
mano para que se acercara, y Anna obedeció.
—Hace mucho tiempo que no te veía por aquí, Anna. —La
mujer hablaba en susurros por más que, en esta parte de
sala, no hubiera nadie leyendo, estudiando o finalizando
un trabajo a última hora. —Un chico pasó toda la semana
pasada preguntando por ti, diciendo que pensaba que te
hallarías por este lugar… —Volvió a sonreír con más
fuerza que la anterior vez.
— ¿Qué aspecto tenía?
—Era rubio pero tenía un toque de castaño, ojos mieles y
una estatura de ocho centímetros más que tú. —La
señora se acomodó los lentes y escribió algo en un
anotador. Anna le agradeció y se alejó de ella. Caminó
por los pasillos hasta llegar a la sala de libros que a ella le
gustaban.
Los libros habían sido un refugio desde que tenía once
años, tenía un estante con todos los libros que había
leído desde corta edad.
Anna tendría que salir del Instituto porque sus clases
acabaron hace unos quince minutos pero no quería llegar
a casa y encontrarse con su padre y su sorpresa de feliz
cumpleaños… Hoy, no era un gran día para celebrar ya
que, traía recuerdos. Recuerdos que dolían y mucho.