Cuando salió del Instituto, empezó a caminar hacia el
centro comercial. Tenía una cita con Nicholas, y
realmente estaba emocionada por eso. La última vez que
él la había visto, se fue porque no soporto verla de tal
modo, y ese mismo día casi se besa con Justin pero,
estaba segura que solo fue un error, no quería algo con
él. Tampoco relacionarse con él de forma amistosa, eso
traería problemas. Acomodó la cinta de su morral porque
le molestaba en el pecho. Le dolía la muñeca, y le costaba
respirar un poco así que, caminaba despacio… Total, el
centro quedaba cerca, y no tardaría tanto.
Escuchó unos pasos detrás que se acercaban con rapidez,
y pensó en qué podría ser una de las tantas personas que
salen a correr por el mediodía o un ladrón. Para no ser
tan negativa, eligió la primera opción. Aunque cuando
giró y se encontró con el chico de ojos mieles y pelo
castaño claro, supo que no había acertado en ninguna de
sus opciones.
Pensó en que estaba llegando tarde a algún lugar pero
cuando se posicionó al lado de Anna, supo que no era
así. Ella sonrió, y miró hacia el frente.
« ¿Qué estás haciendo conmigo, Bieber? »
Justin metió sus manos en sus bolsillos después de
acomodar su mochila que colgaba de un hombro. Parecía
vacía, no estaba llena como pensó que lo estaría… O dejó
todos los libros en el locker o nunca los llevó a clase
porque, mañana habría examen de química, una
asignatura que tuvieron hoy. Anna abrió los ojos, y siguió
caminando pero, ahora tenía un acompañante.
—Oh, entiendo… ¿Te haces el bueno conmigo para que
mañana te ayude en química? —Anna arqueó una ceja, y
su comisura izquierda se elevó.
Justin negó con la cabeza mientras que sus cejas se
fruncían. En su frente se formaban pequeñas arrugas que
le hacían parecer tierno.
—Solo quería hablar contigo.
Anna asintió con la cabeza. Lamió su labio inferior y miró
hacia el frente. Volvía con las suposiciones en la cabeza:
alguna amenaza de Sandy y sus clones o una pregunta de
por qué ella hacía lo que hacía, o cosas así como solía
preguntarle. No le gustaba que se metieran en su vida a
menos, que ella permitiera eso. Y Justin, hacía todo lo que
Anna nunca permitió… Y en parte, eso le agradaba. Le