La Elegancia Al Caminar [YAOI]

¿Cómodo?

―Dainis dormirá en tu cama.

―¡Pero hay otra cama en el cuarto! Él puede ocupar esa, yo quiero mi cama.

―Sabes muy bien que esa cama está en muy mal estado.

―¡Agh, pero que él duerma ahí! Ayer podía correr perfectamente con el hueso roto, ¿acaso dormir en una cama en mal estado es peor que eso?

―Dormirá en tu cama y punto final.

―¡Stan!

Yassir no paraba de mirar mal a Dainis, como esperando en que en un segundo aquel chico pelirrojo desapareciese del mundo. Dainis, al darse cuenta de aquella mirada, lo miro confundido y frunciendo levemente el ceño.

―¿Tengo algo en la cara? ―Preguntó mientras se tocaba el rostro con sus manos.

―Sólo tienes el rostro, no te asustes si algún día no es así―Respondió con desprecio Yassir―.

 Dainis no pudo evitar sentirse un poco mal por ese comentario. ¿Le acaban de decir que era un tonto?. Apoyo su rostro en sus manos y sus codos en sus piernas, arrugo un poco la nariz y miró el suelo

―Infantil ―Pensó. Con cuidado Yassir se fue a sentar junto al pelirrojo y suspiró cansando―. Lo siento ―Dijo arrepentido―, no te lo decía en mala... bueno, sí, pero no pensé que te sentirías mal por eso ―Mintió. Claramente sabia que aquello le molestaría a cualquiera, pero lo había dicho sin pensar―.

Dainis cerró los ojos y movió un poco sus hombros, dando a entender de que aquello se le hacía indiferente.

―¿Se supone que me tengo que sentir mejor? ―Preguntó un poco molesto.

―Eh... sí, supongo que sí ―Respondió dudoso―.

―Tengo sueño ―Apoyó su cabeza en el hombro del más alto y se cruzó de brazos ignorando totalmente la respuesta anterior―.

Yassir se puso tenso ante el contacto del pelirrojo, y este pareció darse cuenta ya que se separó de él brutamente.

―¡Lo siento, lo siento, lo siento! ―Habló rápidamente y agachó la cabeza― Es que... es costumbre.

―¿Costumbre?

Dainis infló las mejillas de manera infantil y se abrazó a si mismo. Yassir, un poco incómodo, se recostó de espalda en la cama y cerró los ojos.

―Pues... yo tenia una familia y-

―¡Todos tienen una! ―Le interrumpió Yassir― Es obvio, si no, ¿de donde salimos nosotros?.

―¡No me interrumpas, señor genio! ― Exclamó molesto y le propinó un golpe suave en la cabeza.

Yassir no pudo evitar reír, pues el chico tenia razón, pero le parecía muy divertido molestarlo.