La Segunda y Tercera victima

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Los primeros rayos de sol comenzaban a pintar las nubes de colores cálidos. El viento comenzaba a recorrer el bosque y las aves volaban con ayuda de las ráfagas.

En una mansión, más alejada de las otras, los vampiros ya comenzaban a dormirse. Durante la noche fueron de caza y les fue de maravilla, pero quedaron muy cansados.

Tianisse, la dueña de la mansión, le ordenaba a dos de sus seis hijos dirigirse a sus dormitorios, pero estos reclamaban y se mantenían firmes ante su madre.

- ¡Mamá, yo y Charles aun no terminamos de jugar a las escondidas junto con Ziar! ¡Por favor, terminamos y nos vamos a dormir!

- Ken, no puedo dejar que sigan jugando a esta hora, se van a lastimar.

Los rayos de luz entraban por las ventanas, iluminando los rostros de ambos niños. Ken y Charles estaban junto a su madre discutiendo, pero Ziar seguía por ahí escondido.

- ¡Darlene, cierra las cortinas! -Grito, moviendo a sus dos hijos a un lado para que no les llegara la luz.

Una chica jovencita y delgada llego corriendo al salón, agarro las telas y las junto. Hiso lo mismo con todas las cortinas, pero aun así pequeños rayos de luz lograban entrar a la mansión.

- ¡Ciérralas todas, Darlene, todas! -Le grito molesta.

La chica no dijo nada, solo corrió a cerrar el resto de las cortinas mientras Tianisse tomaba a Ken y a Charles de los brazos arrastrándolos hasta sus dormitorios.

- Quiero que se queden en sus cuartos a dormir, yo encontrare a Ziar y en la noche podrán seguir jugando... ¡Tienen que comprender que es peligroso que se expongan a la luz! -Tianisse subía las escaleras con sus dos hijos, regañándolos, hasta que desaparecieron por un pasillo.

Una chica alta, de cabello azul y ojos de mismo color llego al salón con varios cuadernos y lápices en las manos. Tambaleaba un poco al caminar, tenia tanta cosas en los brazos que apenas lograba ver por donde pisaba, hasta que vio a Darlene.

- ¡Darlene, ayúdame a llevar esto a mi cuarto! -Le rogo la chica. Darlene le fue ayudar, aun que en verdad no tenia otra opción.

La chica le dio todos los libros a Darlene, y ella solo los recibió. Siguió a la chica hasta su cuarto, ella abrió la puerta y dejo que Darlene entrara.

- Déjalos sobre la cama, yo los ordeno... y gracias.- Darlene dejo los cuadernos en la cama y en seguida fue corrida del cuarto por la muchacha.

Apenas salió del cuarto de Fionna, Tianisse se topo con ella con una cara de cansancio.

- Darlene, busca a Ziar, esta escondido por alguna parte.- Le ordeno y se fue a su cuarto a dormir.

La mansión se componía de tres pisos y un sótano. El sótano solo era ocupado por Fionna, ya que ella dibujaba, pintaba, moldeaba y hacia muchas otras cosas ahí abajo, era como su guarida de obras de arte. El primer piso estaba compuesto por una sala de estar, el comedor y la cocina. El segundo piso era el de los dormitorios, aun que Darlene estaba obligada a dormir en una parte del sótano que Fionna tenia prohibido ocupar. El tercer piso era un gran salón con varios instrumentos musicales para tocar y un gran espacio para bailar.

Darlene comenzaría a buscar a Ziar por el sótano y luego terminaría en el tercer piso. En nada más llegar al primer piso se topo con Jhonn, el dueño de la mansión y esposo de Tianisse.

- Darlene, carga mis maletas y déjalas en la puerta de mi cuarto.-Le ordeno sin saludarla y sin mirarla.- Yo iré a buscar periódicos.- Y se fue.

Darlene vio las maletas que se encontraban a unos metros de ella. Como no tenia opción, tomo las maletas, las subió por las escaleras y las dejo rápido en la puerta de Jhonn y Tianisse. Luego bajo rápidamente al sótano, comenzando a buscar a Ziar, pero no lo encontró. Luego se dirigió al primer piso, tampoco lo encontró. Segundo piso, tampoco. Tercer piso, nada.

La Elegancia Al Caminar [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora