La Elegancia Al Caminar [YAOI]

Abuelo Stan

Una linda mañana. Un lindo comienzo. Una linda familia. Un lindo paisaje. Una linda vida. Un lindo amor familiar. Ay, como los amo, familia.

―¡Yassir! ―Dijo mi hermanita menor con su hermosa y tierna voz para despertarme todas las mañanas― ¡Ven a comer tu desayuno! ―Habló aun con su hermosísima voz mientras azotaba la puerta.

―Si, mi princesita, mi bebe, mi nena. Voy de inmediato, no se preocupe su alteza que me vestiré e iré a comer el desayuno real en nuestro palacio de cristal ―Dije sarcástico―.

Tal vez molestar a tu hermana menor a estas horas no era la mejor idea que se me pudo haber ocurrido. Tan rápido como me di cuenta, mi hermana ya estaba tirando de mis cabellos hasta llegar a la cocina.

Me senté en una de las sillas y mi hermana se fue a sentar en otra. Sobre la mesa había una pequeña hoja de papel que decía:

Su padre y yo volveremos de las compras en un par de horas, así que quiero que estén limpios y vestidos para cuando volvamos, ya que iremos a ver al Abuelo Stan en su casa del bosque, como quería Yassir.

Feliz cumpleaños, hijo.

Y que no se te olvide ayudar a tu hermanita.

Suspiré al leer lo ultimo. ¿Cuándo seria el día en que me podría ir de casa? Así mi hermana ya no podría seguir molestando mi existencia.

Comimos nuestro desayunos, lavé los platos, me bañé, me vestí, me arreglé un poco, hice una maleta y fui a ver a mi hermana como iba con sus cosas.

Di tres suaves golpecitos en la puerta esperando su respuesta, aun que podría vengarme y podría azotar la puerta como ella. Como no me respondió, abrí la puerta del cuarto y juro que casi me orine de la risa.

Mi hermana se encontraba entremedio de todo un desorden y, a la vez, dentro de su propia maleta. ¡Quizás como se metió ahí!, nena tonta.

Abrí la maleta con cuidado. Por suerte no recibí un golpe.

―¿Necesitas ayuda, enana?

―¡Eres tu la jirafa!

―Fingiré que no escuche eso.

Entonces empujé su cabeza dentro y cerré la maleta. La deje tal cual como estaba antes.

―¡Le voy a decir a mamá!

―Aw~ Que hermanita más amorosa tengo.

―Bien chicos ―Hablo mamá―, quiero que se comporten enfrente de su abuelo. Él no tiene para que oír sus peleas y no tiene que molestarse.

―Y recuerden ―Agregó papá―, estamos en el bosque, así que no se vayan más allá de los limites puestos por la seguridad.

Yo y mi hermana asentíamos con la cabeza a cada una de las cosas de las cuales nos hablaban nuestros padres.