Cuarta Victima 1/2

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Yassir


- ¡Smith, Smith! Mira, esta despertando...

- ¡No lo presiones, idiota! Déjalo tranquilo! -Suspiro cansado.

- ¡Mira como mueve sus orejitas para escuchar mejor nuestras voces! ¡Se ve tan apapachable! ¡Como un peluche!

- ¡Cállate, apenas esta despertando!

¿Y esas voces? ¿Sera que estoy soñando?. Sentía mi cuerpo rozando una tela suave y esponjosa, me encontraba acostado en lo que parecía ser una cama. Tenia tanta flojera de abrir los ojos... Me encontraba muy cómodo.

 Intente sentarme en lo que creo que es una cama, pero de inmediato volví a caer acostado en la cama. ¿Que?.

Abrí los ojos de golpe, viendo como una luz blanca me cegaba la vista.

- ¡Te dije que no teníamos que encadenarlo del cuello y de las muñecas! Mira, que se asusta.

Dirigí de inmediato mi vista hacia de donde provenía la voz, pero me encontré con mi propio reflejo en un cristal enorme.

Grite del susto.

- ¡¡Smith, nos vio!! ¡Nos acaba de ver! ¡Soy muy feo, ¿cierto?, me debo ver muy mal con estas canas!

- ¡El cristal no esta hecho para nos pueda ver, idiota! ¡Él solo puede ver el cristal como un espejo! Solo nosotros nos podemos ver, en cambio, él solo se ve así mismo.

Intente sentarme en la cama nuevamente, pero luego volví a caer acostado. Una cadena se enrollaba en mi cuello, en mis muñecas, en mi abdomen y en mis tobillos. Las cadenas se encontraban amarradas a la cama, por lo que no tenia muchas posibilidades para moverme.

Pero eso no fue lo que me aterro.

No.

No fue eso.

- ¡Smith, se le esta alterando el pulso! ¡Has algo, cántale, un cuento, una canción, dale dulces, un peluche, un celular, maquillaje, vestidos, juguetes, un biberón, pañales! ¡¡Agh!! ¡¿QUE COSA LE GUSTAN A LOS ADOLECENTES?!


*


Richard


Volví de haber tomado mi café. En mano le traía uno a Smith, ya que el se había encargado de tranquilizar al chico del pelo naranja y ojos verdes.

Con mi mano libre pulse un pequeño botón azul, el cual abría la puerta. Entre a la sala.

- Ya esta, ya no puede escuchar lo que hablemos -Aviso Smith una vez que ya había silenciado el micrófono.

- ¿Ya lo pusiste a dormir, Smith? -Pregunte curioso, pues el chico ya no se encontraba alterado.

- Nah, solo le dije unas pocas cosas y se tranquilizo...

Lo mire con una ceja alzada. Por lo general si él suele decir algo, es por que dijo algo horrible y depresivo.

- ¿Por que me miras así? -Le entregue la taza de café y me cruce de brazos.- ¡No le dije nada malo! -Lo seguí mirando.- ¡Esta bien, esta bien! Le dije que si no se quedaba quieto su compañero recibiría las consecuencias

- ¿Consecuencias?

- ¡Lo dije solo para que se calmara! Tu sabes que no les hare daño...

Suspire un poco molesto. Realmente no me gustaba como Smith podía llegar a tratar a nuevos experimentos.

La Elegancia Al Caminar [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora