7- Conociendo a Zem.

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Pequeñas luces parpadeantes adornaban la cueva, simplemente maravilloso, me puse de pie sorprendida, una especie de dragón miniatura comenzó a hacer piruetas a mi alrededor, se alejó lanzando ráfagas de fuego que decoraban la cueva.

— Se llaman Dragas, son mitad ángeles mitad hadas, son seres muy extraños y su luz es muy especial.

— ¿En dónde estamos?

— Aún en Dromen, encontré este lugar por accidente, lo modifique y lo establecí como mi refugio.

— Es simplemente, mágico.

— Me alegra que te guste. —Me di cuenta de que me estaba observando, me sentí extraña y un tanto a la defensiva, jamás algún chico me había visto como él, como si la vida se le fuese en ello, como si fuera a desaparecer.

— ¿Qué?

— Las Dragas adornan tu rostro. Bien, veamos lo mejor del lugar. Descubrí que esto es una especie de cráter, quiere decir que estamos en la línea con la superficie, se cubrió por fuera formando la cueva. Oculte una especie de ventana, sería peligroso que las tropas de Meikel lo notaran, ellos no saben que realmente estamos instalados "dentro" de Dromen.

Me senté mientras él acomodaba algo en la pared, un click y las rocas comenzaron a moverse, dejando un cristal que mostraba un cielo completamente oscuro con muchas estrellas, de diferentes tamaños.

— Esas no son estrellas, —dijo sentándose a mi lado— bien, tenemos dos puntos a la derecha y dos a la izquierda.

— De hecho son cuatro a cada lado y dos en medio.

— Si —sonrió—, pero solamente dos están más grandes.

— Ok, si, las veo.

— En la izquierda están Booloks y Wisen; a la derecha Vampeira y Habrix.

— Son planetas.

— Si. Los más alejados son Ourano y Glashir, Anefey y Tamanty, respectivamente.

— ¿Y los que están en medio? —Él suspiro.

— El más lejano es Terra, la galaxia en donde se encuentra la Tierra. El otro es, Elder.

— Son reales, ¡Wow!

— Claro que lo son —dijo divertido—. En otra situación, sin duda habríamos viajado para visitar cada uno. Te mostraría las curiosas construcciones de Ourano, disfrutaríamos de la colorida comida de Tamanty, volaríamos sobre los campos de Anefey...

— ¿Por qué no...?

— Lo siento, deje que mis pensamientos salieran solos. Aun no te quiero agobiar con esas cosas.

— Entiendo.

— Tengo una pregunta.

— Adelante. —Ambos observábamos la mágica vista que nos otorgaba el espacio.

— ¿Por qué lo tomas todo con tanta calma? —Ahora fui yo quien sonrió.

— Supongo que algo está mal conmigo. Tory también parecía sorprendida, supongo que siempre espere que algo mágico ocurriera.

— ¿Algo mágico?

— Algo como esto. No sé, un poco más de aventura y todo eso.

— Acepto eso como respuesta.

— ¿Por qué siento que te conozco de antes?

— Lamento no poder responder con la verdad en este momento. Tienes un bloqueo en tu memoria, no quiero afectar tus recuerdos, tendremos que esperar a que mi padre, Argrem, nos de la poción para quitarlo.

— ¿Tu padre es Argrem?

— Si.

Observamos las estrellas un poco más, cuando bostece Zem dijo que debíamos regresar, por suerte tenía otra salida que nos llevó a otra zona rocosa. Regresamos tranquilamente, me explico que la mayoría de las personas formaban parte de una rebelión en contra de Meikel.

Dormí profundamente.

Al despertar maldije casi en un susurro, me dolía todo el cuerpo, me gusta el ejercicio pero esta vez exagere, después de correr en china, ayer caminar bastante... era lógico que mis piernas y brazos no querían responder. ¡Joder!

— Sussan, ¿Estas despierta? —La voz de Zem detrás de la puerta me recordó que todo era real.

— Si.

— ¿Puedo entrar?

— Supongo. —Ni pasados cinco segundos ya estaba entrando, traía una bandeja metálica con comida.

— ¿Cansada? —Su sonrisa traviesa me contagio, ¡Joder!, ¡nunca había sonreído tanto en toda mi vida!

— Bastante.

— Lo imagine. Toma esto, es una poción especial para equilibrar tu cuerpo, lo agradecerás.

— No preguntare de que está hecho.

— Muy astuto de tu parte.

Su sabor era amargo, pero no me desagradaba, lo que llamaba mi atención era su color amarillo casi fosforescente.

— Traje comida, supuse que no te sentirías con ánimo para bajar.

— Gracias eres muy amable.

— Tengo que informar a mi padre de tu llegada, en cuanto te sientas mejor te espero abajo.

— Está bien. 

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    Perdón por tardar, no me maten por lo de Meikel. 

3-La historia que no fue contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora