38- Extraviada en Glashir, genial.

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Ahora si estaba en problemas, intente orientarme, no debía estar lejos del lugar acordado, camine cuidando mis espaldas, gire en un edificio beige y choque con una persona.

— Disculpa.

— Fue mi error. —De no estar asustada, seguramente hubiera reído, ¡olía a pez! Era una señora de ochenta años con escamas de color lila. Justo enfrente una tienda que decía "capas y gabardinas de sirena". Entre con temor, podía arruinarlo todo o salvarme.

— ¡Hola! Buen día. ¡Oh!

— Hola.

— Querida, ¿qué ocurrió con tus escamas?

— Yo bueno...

— No me digas, seguramente usaste esa terrible poción para disfrazarla. ¡Odio a Lulú! No logro entender el motivo para ocultarlas.

— Si, bueno, sobre eso...

— ¡No me digas! —Puso su rostro sobre sus manos recargándose en el mostrador, sus ojos eran verdes, pero un verde esmeralda en diferentes tonalidades y con muy poco espacio al color de la esclerótica (parte blanca del ojo) —. ¿Eres una nómada?

— ¿Perdón?

— No lo ocultes querida, es obvio, con todos los sucesos en Elder, los nómadas van en aumento. ¡Es terrible! Tener que encontrar un lugar para dormir cada día, en planetas desconocidos...

— Si, bastante...

— ¿Y a que regresaste? —Parpadeaba mucho y eso me incomodaba.

— Yo, bueno...

— ¡CLARO! Que tonta soy, perdóname, con la visita de los príncipes pudiste entrar para ver a tu familia ¿Cierto?

— Si.

— Bien entonces. ¡Pero mira esas ropas! Necesitas una capa, si eso es. ¡Pero con capucha! Esa poción realmente destrozo tu cabello. —No supe si sentirme ofendida o no, su cabello era un verde pino.

— Si te lo agradecería pero... no tengo mucho dinero...

— ¡No te preocupes! —Pude notar que sus manos parecían aletas, con largas uñas y sus dedos unidos por una membrana como los patos.

— ¿No?

— Claro que no, acepto ese dije que traes. —Lleve mi mano automáticamente al dije de rosa, un regalo de Zem. Mi hermoso vestido se había convertido en eso gracias a la magia, para conservar ese momento.

— No puedo, lo siento.

— ¿Te lo dio tu novio? ¿Un tritón? —Se llevó las manos a la boca y abrió los ojos— ¡No es Glashir! ¡Por Poseidón! Que rebelde. Bien, entonces los pendientes de tus orejas.

— Son aretes, los usan los humanos. —Coloque los dos aretes en sus manos.

— ¿Humanos? ¿Visitaste la tierra?

— Si, se podría decir.

— ¿Es tan extraña como parece?

— Totalmente, pero también es hermosa.

— Bien, entonces los pendientes humanos por la capa, ¡Un gran negocio!

— Gracias. ¿Sabes cómo puedo llegar al jardín lo más rápido posible? No quiero encontrar mucha gente, mi familia vive al otro lado.

— ¿Eres de Larimar? ¡Yo soy de Sodalita!

— Sí, soy de Larimar.

— Bien entonces cruza por esos edificios, llegaras a un parque, sigue horizontalmente y al llegar veras una cafetería, ve por la derecha y llegaras justo frente a la entrada para el jardín. Fue un gusto. Sigue viviendo tus aventuras de nómada. —Asentí, me coloque la capa.

Me relaje al salir de esa tienda, sentía que en cualquier momento me descubriría, seguí sus instrucciones, la capa era amarilla pastel, en las orillas se dibujaban escamas en color azul y rosa. Demasiado llamativa a mi parecer, pero al ver a otras personas, me di cuenta que era más normal de lo que me podía imaginar, llegue a ver algunas en color rosa fosforescente. Cuando llegue a la entrada, había muchas personas, de todo tipo, el piso era de cuarzo, podía ver los Kraken y leviatanes pasar por debajo. Finalmente encontré con la mirada la dichosa piedra.

Camine en esa dirección, me interne en lo que parecía un arrecife fuera del agua, giraba constantemente para asegurarme de que nadie me seguía, de pronto alguien cubrió mi boca y sentí algo afilado en mi cuello, una daga. 

3-La historia que no fue contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora