Al día siguiente me levante escuchando muebles y objetos golpearse entre sí. En la entrada encontré a Anthony.
— ¡Hey! ¿Estás bien?
— Sí, gracias. ¿Qué ocurre?
— Argrem logro traer al sabio.
— Oh...
— Anthony puedes ir por Sussan... ¡Hola! ¿Te encuentras bien?
— Mejor, sin duda.
— Bien. Me alegro. Tenemos que entrar los tres.
— Acabemos esto. —Anthony entro primero, pero Zem me detuvo.
— Lo sabes... ¿Verdad?
— ¿Qué cosa?
— Que jamás te lastimaría.
— Suenas como el protagonista de un libro que promete no romper el corazón de la chica que le gusta y al final termina de esa forma.
— Deberías saber, —su sonrisa flaqueo— que soy incapaz de romperte el corazón.
— No prometas algo que después no puedas cumplir.
— Vivo por y para ti. Es suficiente prueba de que puedo mantener mi promesa.
— Yo... No entiendo éste mundo. Me da miedo lo que descubriré al día siguiente.
— Toma mi mano, —extendió su mano— te ayudaré a vivir en éste mundo.
— Promete que no me soltarás.
— Hasta mi último aliento. —Sus dedos cubrieron mi mano, me ofrecía una protección sobrenatural.
Entramos, Argrem estaba frente a un señor mayor de ojos enormes en color gris, piel totalmente blanca, vestía una gabardina azul claro, y una especie de pantalón blanco, solamente verlo me hacía sentir tranquila.
— Bien, sabio de Wisen. Ante usted están mis hijos. Zevulum Duncan y Anthony Karsten.
— ¿Karsten? El elegido...
— Sí. Anthony Karsten, mi primogénito. —Comprendí que no mentían sobre la historia, al parecer Argrem hizo de todo para ocultar la existencia de Anthony ya que incluso el sabio parecía realmente sorprendido.
— Imposible...
— Lo sé. Ahora, ella es Sussan Nelie Genech, la hija del sol.
— ¿Sussan? —Su rostro giro directamente hacia mí, había tres guerreros más y un demonio mayor en la habitación.
— Si... —dije en un tono más bajo de lo que pretendía.
— La hija de la luna, Ahiry, unió su vida a Meikel si no me equivoco. —Continuo Argrem vacilante.
— Así es, usted no podrá hacer nada. —La sonrisa de Argrem se ensancho.
— Puede ser, tengo entendido, ya que me dedique a investigar bastante; en este momento, como podrá darse cuenta, hace falta otra princesa, su anterior "rey" mi hermano gemelo, Kaurus, se encargó de matarla. Entonces, regresando a mi maravillosa investigación, sé que ambas princesas, Ahiry y Sussan, cambiaron su destino. Quiere decir que Ahiry podría estar destinada a Anthony o Zevulum así como Sussan.
— ¡Eso no lo determinas tú!
— En efecto. Es cuestión del "destino". Me pregunto... si el matrimonio de Meikel y Ahiry fue satisfactorio... —El rostro del sabio se contrajo apenas notablemente— Eso es un no.
— Eso no prueba nada.
— Lo prueba todo. Ahora lo importante. Usted oficiara el matrimonio de Sussan con Anthony. —Deje de respirar por la sorpresa, ¿Anthony?— Si no funciona, intentaremos con Zevulum, el día de mañana, uno de mis hijos estará unido eternamente a la hija del sol.
— Eso... —El sabio negó con una sonrisa— Nunca fuiste muy apegado a la espiritualidad de Elder ¿verdad?
— ¿De qué va esto?
— No puedo hacer eso, no puedo unir a ninguno de tus hijos.
— Claro que sí, aun cuando estés muriendo.
— Aun así, sería incapaz. Las leyes y tradiciones de Elder son claras. La unión, de dos almas sagradas como lo son la línea Anwar, se realizara únicamente en el templo del Eclipse.
— ¡¿Qué estás diciendo?!
— No puedo unir a la hija del sol con ninguno de tus hijos. No sería oficial. No tendría validez.
— ¡Largo! ¡Llévenselo! —Argrem perdió los estribos y comenzó a golpear cosas.
— Ve a tu habitación y no salgas, por nada del mundo.
Asentí a Zem, mire de reojo a Anthony quien me sonrió tiernamente.
Así lo hice, se escuchaba bastante ruido en el piso de abajo, no sé si sentí alegría, pero si tranquilidad, aun no entendía mis sentimientos por Zem y Anthony. Sobre todo por Zem.
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3-La historia que no fue contada
FantasíaSoy Sussan, siempre desee tener un poco más de aventura en mi vida, finalmente lo obtuve. Pero lo que nadie dice, es que no todo son cuentos de hadas. Conocí a Ahiry, ella resulto ser similar a mí, también vivía cosas extrañas. Fue en ese momento e...