Canción 10 Magia (Kalafina)

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Kai había recibido una llamada de un número desconocido y cuando contestó para su sorpresa era la preciosa madre de su presa, que lo invitaba a cenar ese sábado.

Sehun, su mejor amigo lo vio con esa sonrisa pícara en la cara y no pudo evitar preguntar.

-La madre de Kyungsoo me acaba de invitar a cenar.

-¡¿Enserio?! Esa mujer no sabe lo que le has hecho a su hijo ¿verdad?

Kai negó:

-Le caigo bien. El otro día en el hospital la conocí.

-¿Y él te la presentó? –dijo el menor mientras se estiraba en el sofá de la sala de estar del piso en el que vivían la banda.

-No me la presentó así como así. Lo que pasa es que se sintió agradecida al enterarse que había defendido a su hijo –Sehun lo miró extrañado pues prácticamente no le había explicado nada -. Al parecer no se lleva bien con sus hermanos mayores y uno de ellos lo golpeó, y yo ajeno a eso lo tumbé de un golpe.

Sehun seguía sin enterarse.

-¿Su hermano le pega?

-Es hermano por parte de padre solamente. Un rollo de familias muy raro, ni yo lo entendí cuando Baekhyun me lo explicó.

-¡Ah! Eso ya queda más claro.

Se escuchó la puerta de la entrada, como la abrían y cerraban de un golpe, y entonces Lay y Tao entraron por la puerta, los dos con cara de pocos amigos y con unos papeles entre sus manos que dejaron caer sobre la mesa de la sala con rabia.

-¿Qué ocurre? –preguntó Kai incorporándose en el asiento.

Podía notarse como Tao estaba que trinaba así que directamente los dos miraron a Lay, que suspiró tranquilizándose.

-Nuestro manager se ha ido con otro grupo.

-¡¿Cómo?! –dijeron los dos a la vez. Sehun se sorprendió y Kai se levantó y miró los papeles, que eran su contrato.

-¿Por qué? –preguntó y esta vez fue Tao el que habló.

-Dice que los otros tienen más posibilidades de vender que nosotros.

-¿Ese tío es imbécil? –Gritó -¿Qué se pensaba? ¿Qué íbamos a tener éxito con la primera compañía en la que dejásemos nuestra canción?

Lay se dejó caer en el sofá y apoyó el cuerpo sobre el de Sehun.

-Puta mierda.

-¿Y qué vamos a hacer ahora? –dijo el menor acariciando el pelo caoba de Lay, que había cerrado los ojos relajándose después de tanto estrés.

Un silencio que pareció eterno se apoderó de todos los presentes en el piso. Y entonces Lay se incorporó, golpeando la cabeza de Sehun al hacerlo. Los dos se frotaron la frente, pero el mayor había tenido una idea.

-¿Baekhyun no trabaja en una discográfica? ¿No podríamos intentarlo en la suya?



Estaba escuchando una canción que acababan de enviar por correo a la discográfica. Su jefe lo miró, siempre pedía su opinión cuando se trataban de escuchar demos.

Kyungsoo negó y se quitó los cascos.

-La música es muy buena, pero es algo ya muy visto y la voz de la chica no concuerda para nada. Desafina en las notas bajas y no llega a las altas.

-Muy bien –lo felicitó –yo pensé lo mismo. Si cambiara el estilo de música o la voz, tal vez podrían tener algo más de gancho.

Kyungsoo salió de la sala insonorizada y volvió a su puesto de trabajo. Se aseguró de que no se había dejado nada a medias y se despidió de su superior diciéndole que tomaría su descanso en ese momento.

Cuando salió a la calle se estiró y se cerró bien el abrigo y caminó hasta la tienda más cercana, donde fue directo a por un café frío. Necesitaba despejarse un poco y solo estaba a miércoles. No querría ni imaginarse como estaría el viernes, o aun peor. El sábado.

Sí, el sábado. ¡Maldito fuera Baekhyun por meterle esas falsedades a su madre en la cabeza! Seguro que ni el propio Baekhyun sabía quién era en realidad ese violador.

Y hablando del rey de Roma, ¿Qué pasaba que allá donde fuera se lo encontraba? Había chocado contra un cuerpo por ir distraído y cuando levantó la vista ahí estaba él. Con ese pelo rubio, esta vez oculto bajo una gorra y esa sonrisa de superioridad.

-Hola mi bestia insaciable.

Kyungsoo iba a responderle cuando se dio cuenta de que el chico no estaba solo, estaba con su grupo de amigos que parecieron contentos de verlo. La verdad era que apenas recordaba sus nombres. Sabía que el más alto era el tal Tao, el otro de pelo castaño era el que se había pasado toda la noche, según él recordaba, hablando con Chen y con G.D; y el otro, el rubio casi platino era el chico que había estado mirando a Luhan como si se lo quisiera comer.

-¡Menuda casualidad! –dijo el alegre de Tao. Desde que lo había conocido apenas había cruzado unas palabras con él, pero lo había visto muy enérgico –. Precisamente ahora mismo íbamos a tu lugar de trabajo.

Kyungsoo arrugó las cejas y miró a Kai.

-¿Qué eres? ¿Un acosador al que le gusta tener público? –vio como Tao comenzaba a reír a carcajada limpia.

-A mi no me mires, ha sido idea de Lay –y señaló al chico castaño que le sonrió con inocencia.

-Iba a hablar con Baekhyun –dijo.

-Pues hoy no está, los miércoles libra.

-Bien –Tao se colgó de su brazo y Kyungsoo se sintió diminuto. ¿Qué comían los niños de esos días que eran todos más altos que él? –pues si Bacon no está, tu nos llevaras a hablar con tu superior.

-¡Pero si estoy en mi descanso! –dijo siendo arrastrado por el feliz chico.

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