Canción 32 Question (System of a Down)

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Kyungsoo estaba nervioso.

Miraba a través de la pantalla del camerino como sus chicos hacían una increíble actuación. Si se lo proponía, seguro que lloraba. Habían pasado muchas cosas durante ese mes y ver a Kai sobre el escenario, con una sonrisa, hacía que su corazón se encogiera.

Eran sencillamente increíbles. Sin duda Yoin era el mejor grupo con el que podía estar trabajando. Ahora agradecía que los chicos hubieran insistido tanto en que él fuera su manager. Pero una melodía lo sacó de su ensoñación. Bueno, más que una melodía, Kyungsoo tenía como tono de llamada la pequeña estrofa de una canción de un grupo al cual Kai admiraba (demasiado punk para su estilo, pero admitía que la canción era genial), cantada por su novio.

-¿Mamá? –Respondió el chico al ver el nombre de su madre en la pantalla del aparato -¿Ocurre algo malo?

-¿Tiene que pasar algo malo para que tu madre te llame?

Kyungsoo rodó los ojos y le quitó un poco de voz al monitor donde ahora podía ver a Kai y Lay cantando conjuntamente una parte de la canción.

-No, pero como te hemos dejado al cargo de Eunhee pensé que llamabas por eso.

-Pues no es así señorito. Llamo por otra cosa...

-Pues dímelo –dijo el chico al ver que su madre había hecho una pausa.

-Han llamado de la inmobiliaria.

Si, era verdad, ya no se acordaba de eso. Al fallecer la madre de Kai la casa había quedado desamparada puesto que el padre de Jongin había dejado todo bajo el nombre de su mujer y habían recibido una llamada del banco reclamando que al fallecer la dueña de la casa tenían que cambiar los documentos si no querían que le quitaran la casa.

Al final Kai había tenido que llamar a su padre pidiendo que firmara la autorización para que hasta que él no cumpliera la mayoría de edad, quedara todo bajo el nombre de Kyungsoo, que ahora además de manager y novio, era lo más parecido a tutor legal que podía tener. Tres en uno, se había burlado Luhan cuando el de ojos expresivos había contado la paradoja el sábado anterior cuando salieron de copas.

-Entonces, ¿la casa ya es de Jongin?

-No es de Jongin aún. De momento es tuya, cuando Jongin cumpla la mayoría de edad tendrá que ir inmediatamente al juzgado para cambiar los papeles. Todo esto bajo consentimiento del padre de tu ahijado.

-¡Mamá! –Gritó haciendo una pataleta –No vuelvas a decir eso, Jongin es mi novio no mi ahijado.

Se escuchó una carcajada al otro lado de la línea. Kyungsoo sabía que su madre adoraba hacerlo rabiar. Entonces Kyungsoo pudo escuchar los gritos de las fans con más fuerza y al mirar a la pantalla divisó que los chicos ya bajaban del escenario para el descanso de la hora.

-Mamá tengo que colgar. Dale besos a mi niña.

En ese mismo momento entró Kai por la puerta tomando a Kyungsoo en brazos y estampando sus labios contra los ajenos, el mayor de la pareja intentó soltarse pues el resto de la banda los estaban mirando y a él le daba mucha vergüenza además de que Kai estaba muy sudado y ya sentía la ropa humedecerse.

-¡Jongin! –le gritó entre beso y beso empujándolo hasta que lo soltó, pero el menor seguía con su sonrisa de bobo y lo cargó al estilo nupcial.

-Kai –le dijo Sehun mirándolo con picardía –solo tenemos veinte minutos antes de empezar de nuevo así que más te vale que el polvo sea rápido.

-¡Sehun! –gritó Kyungsoo avergonzado.

-Tranquilo pequeño –dijo el cantante con una sonrisa -, cuando quiero puedo ser muy rápido.

Kyungsoo iba a renegarle a su novio pero a quien iba a engañar, a él también le daba morbo uno rápido antes de que empezara de nuevo el concierto, además, ver a Kai sudado y vestido con esos ajustados vaqueros negros y esa camisa sin mangas que dejaban ver sus morenos y fuertes brazos, también le daba morbo.

Kai lo llevó hasta otra habitación y sin ningún cuidado le quitó la camisa a Kyungsoo. Este se estremeció ante el repentino contacto frío en su piel. Y es que en apenas unas semanas la temperatura había descendido de nuevo.

Las expertas manos de Kai comenzaron a trabajar mientras él se dejaba llevar, y entonces recordó aquella noche. Aquella semana que fue la más difícil de toda la vida de Jongin.

Kai había llegado a casa tras el funeral con el rostro impasible. Kyungsoo solo cogió a la niña para acosarla a dormir y dejar a Kai un momento a solas con sus pensamientos. Pero sin embargo, casi a la hora, cuando logró dormir a la niña y salió hacia él salón. Kai estaba en la misma postura, no había encendido la luz. Solo miraba la puerta de la cocina, como esperando que algo sucediera, que alguien saliera de ahí y lo sacara de su trance.

Kyungsoo se sentó a su lado y pudo ver el rastro de sus lágrimas. Kai ya no podía llorar más, era imposible después de haber visto como enterraban a su madre y su hermana se había derrumbado como un niño y había comenzado a gritar y maldecir. Blasfemando contra dios por haberle quitado a su familia, por haberlo dejado solo.

Todos los familiares y amigos habían palidecido ante la horrible escena. Incluso habían intentado quitarle la niña a Kyungsoo alegando que Jongin no estaba en su sano juicio para cuidar a una niña. Por suerte la madre de Kyungsoo había reaccionado a tiempo y había cogido a la niña, sacándola de ahí para que Kyungsoo pudiera correr hacia Jongin y calmarlo.

Había gritado tanto que se había quedado afónico. Había sentido todo el dolor del mundo, como mil agujas clavándose en su garganta.

En ese momento Kai apretó su mano y las lágrimas comenzaron a salir de nuevo. Kyungsoo no dejó de mirarlo en ningún momento:

-Kyungsoo, no me dejes solo tú también... no lo soportaría...

Kyungsoo lo abrazó y como si fuera un bebé comenzó a sollozar de nuevo. Llamó a su madre y a su hermana una y otra vez.

-Jamás te dejaré solo Jongin... siempre estaré a tu lado.

Jongin había ido a un psicólogo. Sehun le había dicho a Kyungsoo que ese medico lo había ayudado mucho a superar la muerte de su madre así que a Kai también le vendría bien.

-¡Oh por dios Kai!

Kyungsoo arqueó la espalda cuando sintió como Jongin se hundía en su interior sin preparación previa y el menor solo sonrió con picardía notando las pulsaciones del interior del mayor a lo largo de toda su longitud.

-Me encanta esto hyung –susurró en su oído –tu, yo, el sexo... Kyung que apretado eres, por dios te amo...

-Yo... yo también te amo Kim Jongin.

Las embestidas comenzaron suaves, lentas, placenteras y fueron acelerándose conforme Kyungsoo elevaba el nivel de sus gemidos.

-Esto es mejor medicina que todas esas pastillas que me manda el loquero.

Kyungsoo gimió con fuerza cuando su próstata fue estimulada, Kai daba una y otra vez en ese delicioso punto que lo hacía delirar, lo agarró del pelo rubio para mirarlo a los ojos y le lamió los labios.

-Mucho mejor.

YoinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora