Canción 25 Plc.4 Mie Haed (Amp Live ft. Zion)

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Zitao miró de nuevo a ese nuevo camarero que estaba trabajando en la nueva cafetería que habían abierto al lado de donde vivía provisionalmente con Lay y Sehun. Este, ignorante a la mirada de lobo del chico, atendía a unas clientas con su habitual sonrisa que tanto le gustaba al guitarrista.

Zitao agachó la mirada justo en el momento que lo vio girarse a donde él estaba y se centró en la pantalla de su móvil, aunque no estuviera mirando nada, y en sorber su Bubble Tea de sabor a chocolate, el cual le estaba sentando como una patada en el culo, pues en su estomago parecía que hubieran una manada de gnomos montándose una fiesta pagana con botellas de ron y cuernos de ciervos.

-¿Esperas a alguien?

¡Oh Dios Santo! ¿Le hablaba a él?

Zitao levantó la mirada aun oculta bajos las enormes gafas de sol y miró a ese atractivo camarero que le sonreía mientras le tocaba el hombro, Tao no pudo evitar quedarse absorto en esos ojos y en la calidez de esa mano que apenas rozaba su hombro derecho.

-Ehm... esto... yo –"Por dios Huang Zitao ¿acaso eres un niño? ¡Deja de tartamudear por tu madre!"

-Lo digo porque aquellas chicas de esa mesa parecen muy interesadas en ti.

Tao se relajó en ese mismo momento, totalmente decepcionado y miró a las chicas con las que su atractivo camarero había estado hablando antes y efectivamente, lo miraban como si se lo quisieran comer vivo. Y eso a Tao lo asustaba, y mucho.

-No, no espero a nadie –dijo y miró de nuevo la pantalla de su móvil, donde había una foto suya con la pequeña sobrina de Kai, que cada vez estaba más grande y sus mejillas parecían que iban a explotar, pero era tan tierna esa pequeña ratita.

-¡Oh! –el chico lo miró sorprendido, ¿acaso se había dado cuenta de quién era? -¿Tienes una hija? –dijo en un tono un poco más alto del esperado.

Tao pudo ver como las chicas agachaban las miradas algo decepcionadas y murmuraban cosas por lo bajo. Bueno, al menos lo habían salvado.

-Es una niña muy guapa –dijo aquel chico acercándose un poco a él y Tao pudo notar como olía, era un aroma dulce y agradable -¿Quién es? –le dijo esta vez en un susurro –Porque sinceramente no tienes pinta de ser padre.

Tao sonrió y acarició la pantalla.

-Es la sobrina de un amigo.

Aquel chico le quitó el móvil de entre las manos y Tao pudo notar como se le paraba el corazón por ese simple roce.

-La verdad, no te pega esa cara de decepción.

-¿Cómo? –Tao lo miró extrañado, ¿acaso en la foto parecía decepcionado?

-Hablo de antes, cuando te he dicho que esas chicas preguntaban que si estabas solo, te has sentido decepcionado.

-No... no me gustan demasiado las chicas.

Tao se puso rojo como un tomate ante la declaración que había hecho sin querer y agradeció que aquellas gafas ocultaran más de la mitad de su cara, porque de verdad, se moría de la vergüenza.

-¡Kris! –La chica de la barra gritó ese nombre y el chico que había a su lado se giró a mirarla –Déjate de intentar ligar con los clientes y ven a ayudarme.

El chico, Kris había descubierto que se llamaba, le sonrió

-¡No estoy ligando! –dijo a su compañera y pudo escuchar algunas risitas.

-Eres un pervertido Kris -le dijo una clienta que estaba sentada al fondo, ahora que lo pensaba, siempre que iba a ese sitio, apenas veía a chicos, casi siempre habían chicas, y eso que ese era el mejor sitio a diez calles, por lo menos, en el que hacían un Bubble Tea tan delicioso -, siempre vas a por los chicos monos. ¡Déjanos algo a nosotras!

-Que lastima Kris –dijo otra -, eres demasiado guapo como para desperdiciarte así.

-¡Sabes perfectamente que no es mi culpa que me gusten los chicos monos! –Kris se estaba dejando llevar por la conversación que había entre las chicas.

-¡Vamos, vamos! –Gritó la que había en la barra –Me estáis asustando al único chico fijo que tengo en el negocio.

Kris miró con una sonrisa a Zitao y le devolvió el móvil.

-Ha sido un placer saber que no tienes una hija –y pudo ver como Tao lo miraba con sorpresa –y también me alegro de saber que no te gustan "demasiado" las chicas –dijo poniendo comillas con los dedos a la palabra demasiado y le guiño un ojo antes de darse la vuelta.

Se alejó de él aun hablando con las chicas, que no dejaban de gastar bromas con el guapo camarero y Zitao se quedó mudo al haber descubierto aquello. ¿Entonces era posible tener una oportunidad?

Tragó saliva con nerviosismo y miró su medio vacío Bubble Tea. Pero, ¿qué había querido decir con eso?

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