ADVERTENCIA: LEMON.
No volvimos a hablar con Oikawa, por supuesto que el beso que compartimos nos hizo distanciarnos, de nuevo. Y por alguna razón eso me hacía ponerme irritable. El idiota vuelve y se va como si nada en mi vida. Pero esta vez no lo permitiré, admito que me desagrada la idea de volver a mi rutina donde él no participa, pero no puedo permitir que él me afecte tanto. Debo concentrarme en mis estudios y nada más.
Entonces decidí salir de mi casa esa mañana de sábado, ya tenía por completo planeado que haría, incluso, llevaba una mochila con mi computadora portátil, libros y cuadernos para estudiar, emprendí camino hacia el café de Abril, bebería café como un demente todo el día y no despegaría mi mente ni por un segundo de la materia que estudiaría. Dejaría al idiota de Oikawa atrás.
Pero he aquí otro de los chistes de esta historia. En cuanto entre al café escuche una irritable voz, ahí estaba, Oikawa sentado en un banquillo, el que solía usar yo, en la barra. Hablaba animadamente con Abril. Di media vuelta y tenía todas las intenciones de salir de ahí pero escuche a mis espaldas de nuevo esa irritable voz. Oikawa.
- Iwa-chan, que sorpresa – no debí haberlo traído a este café desde un principio.
- Si, que sorpresa – dije sin una pisca de emoción. Me dirigí de inmediato a una mesa alejada y saque mis libros.
No hizo falta mucho tiempo para que Abril llegase a mi lado y se sentase en la silla que estaba en frente de mí.
- Estás enojado con él – me lo afirmaba
- No lo estoy – dije mientras comenzaba a abrir mis cuadernos y prendía la computadora.
- ¿entonces porque no se hablan? El vino a buscarte aquí apenas abrí el local. Me conto que no se hablaban desde la noche en que jugamos cartas – dijo ella sin despegar la vista de mi
- Eso es verdad. Pero no pasó nada en realidad, solo de un día para el otro dejamos de hablarnos, eso fue todo.
- Bien - dijo ella mientras se ponía en pie y caminaba hacia la barra de nuevo.
En pocos minutos sentí como Abril dejaba mi café a un lado de la mesa, lejos de la computadora y los libros. Le di las gracias y ella se fue de inmediato.
Me gustaría decir que estaba sumamente concentrado en lo que estaba, o intentaba, estudiar, pero eso sería solo una vil mentira. Estaba concentrado en la voz de Oikawa, que habla con Abril animadamente sobre Ovnis, al otro lado del local. Decidí recurrir a mi última opción, ponerme audífonos y escuchar la música lo más fuerte que me permitieran estos. Y lo hice. Funciono por toda la tarde y solo levante la vista cuando sentí como Abril encendía las luces del local, ya que había oscurecido.
Decidí que ya era suficiente por hoy, me saque los audífonos y mire de inmediato, e inconscientemente, a Oikawa, este seguía sentado en el mismo lugar. Guarde mis cosas y mande esa gran resolución que tuve en la mañana a un lugar muy lejano, porque, por favor, moría por acercarme a él.
Me senté a su lado, el apenas me miro, de seguro estaba en plan de orgulloso, no es raro para mi lidiar con él así, aunque, admito que es una gran molestia, yo, en lo personal, prefiero al tipo de Oikawa que se le iluminan los ojos al verme y no para de hablarme una sarta de estupideces, una tras otra.
Decidí ignorarlo de vuelta. Le pedí otro café a Abril y nos sumergimos en un silencio sepulcral. Yo no diría nada, sentía, en parte, que estábamos como en una competencia, el que primero rompe el silencio pierde. Y a mí no me gusta perder por nada del mundo, al igual que él.
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Iridiscencia.
FanfictionDos años luego de su graduación, y haber perdido contacto por completo con su mejor amigo, Iwaizumi decide ir a estudiar a la ciudad de Tokio, en donde pasa por experiencias completamente nuevas, pero una de las mas importantes es un reencuentro ine...