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El mundo es demasiado pequeño para mi gusto. Eso fue lo que pensé cuando caminaba por los pasillos de la universidad a la cual asisto. Veo al otro extremo del pasillo una cabellera bastante conocida por mí, después de todo, es mi novio desde hace años. Lo que no me explico, es ¿Qué demonios está haciendo aquí?

Cuando llego la hora de postular a diferentes universidades para continuar con nuestros estudios, ninguno de los dos entro en detalles sobre que universidades había postulado, yo le conté cuando me había llegado la carta de aceptación, pero nada más, él, por otro lado, me aseguro que no había conseguido ninguna carta, asique, se tomaría un año de descanso, tal vez para trabajar o hacer algo más independiente, tampoco entro en detalles.

Pero ahí estaba él, entrando a una sala con su mochila colgando en un hombro. me quede ahí de pie, mirándolo una y otra vez, asegurándome de que fuese él, no cabía duda alguna, termine por acercarme antes de que entrase, pero no lo logre.

Entonces, termine por esperar a que saliese de la sala, después de todo, no tengo clases hasta dentro de dos horas más. Me di algunas vueltas por el campus, fui a comprar algo para comer, volví y comencé a leer uno de los libros que tenía pendiente, luego de un rato termine por sacar mi cámara y practique un poco de fotografía, después de todo, eso es lo que he entrado a estudiar en esta universidad.

Me pregunte una y otra vez la razón de porque él esté aquí y no me lo haya contado, de seguro hay una explicación, pensé de inmediato, confió plenamente en él. Recuerdo cuando le conté que me iría de Miyagi para estudiar en Tokio, se puso bastante triste y en un principio no le agrado la idea. Sin embargo, lo acepto. Admito que a mí tampoco me gustaba tener que poner algunos kilómetros de distancia entre nosotros.

Entonces, vi la hora, me puse en pie, después de todo, estaba sentado en el pasto de los campos de la universidad. Camine y me dirigí hacia la sala donde lo había visto entrar por última vez. Solo cinco minutos y la clase terminaría, deseaba que realmente fuese él. Cuando vi cómo se abría la puerta comencé a dejar de respirar, las personas comenzaron a salir, no había señal de él o alguien que se le pareciese, por un segundo pensé que sería solo imaginación mía. Solo un minuto más, me dije, esperando afuera.

Entonces lo vi. Efectivamente era él, solté el aire que tenía contenido casi como si fuese un suspiro, de verdad era él, me devolvió la mirada sonrió, entonces, se me acerco diciéndome un "sorpresa". Y vaya que me había sorprendido. No espere mucho para terminar por atraerlo a mis brazos, envolverlo en estos y apretarlo un poco. No me importaba estar en mitad del pasillo ni me importaba que algún profesor nos viese.

Tome su mano, recordé cuando hacía lo mismo en Miyagi, y lo guie caminando hacia un café, era primera vez que venía a este lugar, pero nada más entrar me agrado, era un lugar bastante iluminado, bien decorado, estaba repleto de plantas de diferentes tipos. Entonces, una mesera de cabello rojo y ondulado nos dio la bienvenida, en ese momento no pensaba que terminaríamos ambos por hacernos amigos de ella.

- ¿estamos en la misma universidad? – termine por preguntar

- Así es – dijo el dando el primer sorbo a su café – diseño gráfico, no quise decirte nada, arruinaría la sorpresa

- Siempre logras sorprenderme de alguna forma – digo antes de beber mi café y en cuanto entre en contacto con este líquido, sentí el sabor exquisito del café, podría beber esto todos los días y no me cansaría, simplemente estaba delicioso.

Entonces comenzamos a hablar de cualquier estupidez, primero sobre nuestros compañeros, solo los más cercanos, las personas del equipo y lo que terminamos por dejar en Miyagi. Y antes de darme cuenta ya había anochecido, cosas como estas siempre me pasan cuando estoy con él, como si el tiempo corriera más rápido y antes de percatarme ya he pasado un día completo a su lado.

Iridiscencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora