Iridiscencia.

11.

¿Por qué nadie me advirtió que ser novio de Oikawa sería tan agotador? ¿Esas chicas de la escuela tuvieron que pasar por esto? siento pena por ellas de pronto.

Era temprano. No sé con exactitud qué hora, él se había quedado a dormir conmigo, si, solo dormir. Bien, comer, ver alguna película de aliens, las cuales él sabía de memoria hasta el punto de poder recitar diálogos completos, hablar de estupideces y luego dormir, o hacer el intento.

Y digo hacer el intento porque él no dormía directamente, y yo, mantenía los ojos cerrados pero el sentir su mirada encima no me ayudaba para nada a conciliar el sueño. Termine por suspirar, abrir los ojos y girarme para quedar de frente a él, podía distinguirlo en la oscuridad de todas formas, gracias a la poca luz que se filtraba entre las cortinas.

- ¿no puedes dormir? – termine por preguntarle, la verdad es que yo tampoco tenía nada de sueño, pero me gustaría regular mis horas de descanso y dejarlas en su normalidad.

- Si tengo sueño, y mucho – dijo el, no podía entenderlo – pero no quiero dormir.

- ¿Por qué? – pregunte rápidamente.

- Esperaba a que tú te durmieras para poder tomar algunas fotografías – idiota, es un gran idiota sin remedio.

- ¡ya duérmete! – termine por gritar.

- ¿ni siquiera un beso de buenas noches? No me sorprende que seas tan bruto con tu novio, Iwa-chan, después de todo soy el primero – dijo el como si estuviese orgulloso de ello.

- ¿estás seguro de eso? – dije, en realidad si había tenido algo en ese lapso de dos años en que estuvimos separados, pero no era nada relevante, más que nada lo decía para molestarlo y bajar sus humos.

- Estoy – dijo pero no termino la oración, me examino una y otra vez el rostro, yo sonreí, al parecer el si había caído – no puedo creerlo – y se le notaba en la cara que no podía hacerlo - ¿Quién?

- No la conoces – dije ahora restándole importancia, sabía que él no se daría por vencido y exigiría hasta el código postal de ella.

- Y fue una chica – se volvió a sorprender

- ¿Cómo puedes reclamarme algo? – dije – yo ya he perdido la cuenta de cuantas novias tuviste en la preparatoria.

- ¡Solo fue en la preparatoria! – dijo él de inmediato – todo el mundo sabe que las relaciones amorosas en la preparatoria no perduran luego de salir de esta – y en parte eso era verdad.

Guarde silencio y él no se esforzó por retomar la conversación, es más, me pareció realmente extraño que se haya conformado con, prácticamente, nada de información sobre la chica, bueno, no es como si recordara o me haya esforzado en recordar algo más allá de su nombre y algún dato básico que se fue olvidando con el tiempo, además, fue una relación de no más de un mes.

Él se acercó a mí y se pegó a mi pecho, yo lo deje, hace algún tiempo si él hubiese hecho eso lo habría empujado fuera de la cama de una sola patada. Ahora no, bueno, después de todo lo que ya hemos compartido y hecho juntos no tendría por qué hacer ese tipo de cosas ya. Entonces la palabra "novio" salió a flote en mi mente, ahora somos novios, y por más que me lo repita, la palabra solo me suena más extraña.

Miro a la persona que está a mi lado, bueno, Oikawa es extraño, siempre lo ha sido, es normal que ser su novio se sienta también de esa forma, pero en el buen sentido, al menos eso si se lo puedo otorgar. Y sin más termine por abrazarlo, envolverlo en mis brazos, yo no soy mucho de movimientos delicados y cariñosos, pero admito que esta vez me he esforzado en hacerlo de ese modo.