Iridiscencia.

22

Bien. Admito que más de una vez en el camino tuve pensado el dar la vuelta a Tokio y lanzarme a quejarme a los brazos de Iwa-chan, pero no lo hice, más que nada porque sabía que si lo llegaba a hacer este en vez de recibirme con un abrazo digno de una escena romántica de una película, lo haría con un golpiza digna de una de acción.

Pero ahora que ya estaba en mi casa pude relajarme un poco, pasar tiempo con mi hermana y mi sobrino, disfrutar de la comida de mi madre, ese tipo de cosas. Y cuando mi padre llego en la noche de su trabajo me sentí algo inquieto, bueno, no necesariamente debía contarle de inmediato lo de la universidad, podía esperar a mañana y pasar solo un buen tiempo con mi familia, nada del otro mundo.

Y eso hice. Creo que de verdad disfrute el terminar por ver una película, claramente para niños, sobre ovnis con mi sobrino, creo que por mi culpa él está comenzando a compartir este gusto, lo cual, mi hermana no tardo en dejar en claro.

Cuando ya era de noche, mi hermana y mi sobrino ya se habían ido y mis padres estaban durmiendo en su cuarto, decidí por fin prestarle algo de atención a mi teléfono. Toque un botón y la pantalla de bloqueo apareció de inmediato con una fotografía mía y de Iwa-chan, cada vez que la veo termino por sonreír un poco y esta no es una excepción. Desbloqueo y un fondo de pantalla con naves extraterrestres me da la bienvenida, junto con algunos mensajes no leídos.

Esperaba que alguno de los mensajes fuese solamente spam, pero en cuanto abrí la aplicación me di cuenta de que no lo eran, y mi sonrisa volvió a aparecer en mi rostro, cada uno de los mensajes era de Iwa-chan preguntándome mi paradero y mi estado. Estaba preocupado y eso me alegraba.

Sin tardar le conteste los mensajes, primero disculpándome por no haber respondido antes, le dije que ya estaba en Miyagi y que aún no había dado la gran noticia, además, de que había decidido esperar hasta la próxima noche para hacerlo. Él me contesto de inmediato y me dio algunas palabras de aliento, entonces, me conto que estaba con Mattsun y Makki en el café de Abril haciendo una pequeña celebración por haber logrado aprobar cada una de sus materias este año. Lo felicite y desee como nunca poder estar con él.

Y luego de un buenas noches mutuo, apague el celular y rodee en mi cama, sin embargo, tarde un poco en caer dormido.

Antes de salir de casa para ayudar a mi madre con algunas compras, tuve el presentimiento de que no debía hacerlo y, claro cuando ya íbamos de camino y vi una silueta familiar supe que debía haberle hecho caso a mi instinto, ahí estaba, mi antiguo kohai, Tobio-chan, como siempre, entrenando, más bien, solo estaba trotando, pero ahora que lo veo, es completamente diferente de cómo lo recordaba, bueno, eso fue hace dos años.

Entonces comencé a sacar algunas cuentas matemáticas a la velocidad de la luz. Si fue hace dos años y él iba aun en primer año, eso significa que ahora es un graduado de tercer año, si no me equivoco. Y a la misma velocidad de la luz comencé a rezar en mi interior que él no terminase por elegir la misma universidad que yo, o peor aún, la misma carrera, no, peor aún, que sea seleccionado también en el equipo nacional de voleibol, eso sería el colmo. Al menos para mí.

Cuando nos cruzamos él me reconoció de inmediato, por un segundo pensé que no pararía su entrenamiento y continuaría como si nada, sin embargo, esto no paso, él se detuvo y me saludo, incluso me pregunto por el estado de mi mano, conteste a todas sus preguntas y le pregunte como le iba, más que nada por educación, aunque, luego le pregunte por lo que tenía decidido para el futuro, esto lo pregunte, lo admito, para asegurarme.

Entonces me dijo que había obtenido una beca deportiva, si, también iría a Tokio a estudiar, pero a una universidad diferente, entonces, solté un suspiro mentalmente. Luego nos despedimos y el continuo corriendo. Mientras veía como su espalda, ahora ancha, se alejaba, comencé a pensar. Mientras yo hablaba con él mi madre entro a hacer las compras, asi que, la esperaría afuera.