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Y llego el sábado. Oikawa había salido temprano de mi departamento, se despidió con un beso y se fue rápidamente, yo lo deje y me voltee para continuar durmiendo. El dolor de la espalda había disminuido considerablemente y lo agradecía. Continúe durmiendo hasta mucho más tarde y creo que hubiese continuado de no ser por una llamada de Oikawa pidiendo que nos viésemos en el café e Abril, entonces, me di cuenta de que ya era bastante tarde, lo suficiente como para levantarme, bañarme e ir al café por mi almuerzo/cena.

Y así lo termine por hacer. Había dormido mucho y ahora me sentía con las energías al cien porciento, llegue al café de abril, encontré de inmediato a Oikawa, lo bese en forma de saludo rápidamente, salude a Abril y le pedí un expresso doble, ella me miro sorprendida, pues, no suelo beber expressos, de todas formas me lo preparo y me miro mientras lo bebía rápidamente, el sabor amargo paso por mi boca y sentí como bajaba por mi garganta, al terminar me fije en que Oikawa aún no despegaba la mirada de mí.

Ambos ya estábamos listos para salir esta noche, era el último fin de semana donde podríamos beber, así que, decidimos invitar a Abril, aunque ella aun no lo sabía.

- ¿ya le dijiste? – le pregunte a Oikawa, quien estaba sentado a mi lado en la barra

- Aun no – dijo él. Abril nos miró interrogante, luego cambio a una expresión de impaciencia – este es el último fin de semana donde me es permitido beber, así que, hoy saldremos a emborracharnos, únetenos – termino por decir. Abril sonrió de inmediato al escuchar esto.

- Bien, iré – dijo ella - ¿a qué lugar tienen pensado ir? – pregunto

- Aun no lo sabemos – dijo Oikawa

Y por la expresión que nos regaló Abril supimos que ella ya tenía una idea de a donde llevarnos.

Cerramos el café antes de la hora normal, Abril se disculpó con los clientes poniendo una pequeña pizarra de tiza con un mensaje en la ventana. Y decidimos marcharnos.

Abril nos exigió que la esperáramos unos minutos mientras ella se cambiaba de ropa. Estábamos en la sala de su departamento, hojeábamos los títulos de los libros que tenía en un estante de madera, normalmente las mujeres se toman más tiempo en estas cosas, pero ella no tardo prácticamente nada en estar lista.

Salimos y dejamos que ella nos guiara por las calles, las cuales, estaban llenas de gente viniendo de un lado para el otro, bueno, es normal si es sábado por la noche. Entonces vimos un lugar que llamaba la atención desde lejos, habían luces por doquier y una fila considerable, yo me quería negar a hacer esa fila e ir a otro lugar, pero Abril paso directo hacia el guardia, hablo con él, la verdad es que no se sobre qué, y terminamos por entrar, la música era ensordecedora y los juegos de luces me dificultaban la tarea de acostumbrar la vista.

- Solía ser una clienta frecuente – nos explicó ella mientras nos guiaba entre la gente

Yo y Oikawa asentimos y mirábamos a nuestro alrededor, la verdad es que es primera vez que vengo a este tipo de lugar, por otro lado, Oikawa parece estar en su hábitat natural. Frunzo el ceño cuando un grupo de chicas pasa a su lado y casi lo devoran con sus ojos, él no las mira y, al parecer, ni siquiera se da cuenta.

Me doy cuenta de que nos dirigimos hacia la barra, mis energías siguen estando a tope y no tengo ganas de sentarme, pero lo hago de todos modos. Me siento y veo la gran cantidad de botellas de alcohol que está frente a mí, Abril se sienta a un lado y Oikawa al otro lado de mí.

- En este mismo lugar conocí hace un tiempo a dos chicos – comenzó ella – ellos también son de Miyagi

- ¿de Miyagi? – pregunte curioso

Iridiscencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora