Iridiscencia.

21

En cuanto entre al café de Abril su olor inconfundible de los granos y tierra húmeda invadieron mis fosas nasales, era algo agradable, sin embargo, mi mente estaba hecha un lio en esos momentos como para disfrutar de verdad esta variedad de olores agradables. No hizo falta ni siquiera que Abril me mirara dos veces para que se diese cuenta de que algo en especial había pasado, en cuanto me interrogo yo no puse resistencia, solté todo de inmediato y le conté todo lo sucedido en la noche.

Ella no espero para comenzar a dar saltitos de emoción, decía una y otra vez lo romántico que había sido, sin embargo, no pudimos continuar con nuestra conversación, pues, ya era la hora de mi turno y ella debía largarse, al parecer, ella iría a una reunión con sus antiguos amigos.

Antes de que anocheciera Oikawa se apareció por el café, se dirigió rápidamente hacia la barra y se sentó en esta, le serví de inmediato su café usual y agradecí de inmediato que no hubiese tantos clientes, pues, sabía que él venía a contarme alguna estupidez o pedirme algo fuera de lo común.

- Quiero ir a visitar a mis padres antes del inicio del nuevo año – dijo él, bueno, eso me lo esperaba

- Te acompañare – eso era algo obvio.

- Claro que no – dijo mirándome directo a los ojos – tienes que trabajar

- Hablare con Abril – dije mientras recibía el dinero de una usual clienta y me despedía de ella.

- De verdad no es necesario - dijo él, lo mire y me di cuenta de que él de verdad creía que sería lo mejor, tal vez, el de verdad quiere ir solo.

- Está bien – termine por aceptar - ¿Cuándo planeas ir?

- Este fin de semana

- Ósea que mañana

- Si – dijo dando el primer sorbo a su café.

- ¿Cuánto tiempo?

- Eso dependerá de cómo me vaya – dijo, note que estaba aún nervioso

- Te ira bien – este tipo de verdad es problemático.

Entonces fui a atender algunas mesas, al principio se me era de verdad difícil todo esto de atender el público pero ahora lo hacía con total naturalidad. Tenía la confianza de que las cosas irían bien para él, asique, podía confiarme en que pasaría algunos días ahí, tal vez una semana o solamente este fin de semana, todo depende de él, también estoy seguro de que sus padres querrán encantados de que él se quede el tiempo que desee.

Y unas horas antes de que tuviese que cerrar la tienda, Oikawa decidió marcharse del café, claramente con la intención de ordenar sus pertenencias, no es ningún secreto de que él puede demorarse horas en hacer esto, se toma literalmente su tiempo en este tipo de cosas y es bastante minucioso, yo, por otro lado, soy más del tipo que lanzaría las cosas a la maleta de forma más desordenada, no tanto como para que todo quede completamente arrugado, pero no tomo tanto tiempo en esto.

Así que, me esperaba que en cuanto llegase a mi departamento me encontrase a Oikawa junto con Maat durmiendo sobre la cama y, como ya ha sucedido en otras ocasiones, usando el espacio de toda la cama, la verdad es que en un principio es una pena intentar moverlos para acomodarme yo también ahí, pero lo hago de todas formas, no sin antes tomar una fotografía de la cual Oikawa jamás sabrá de su existencia.

Cerré la tienda a la hora acordada con Abril y camine rápidamente hacia mi departamento, la verdad, es que me sentía algo apresurado, más que nada porque en cuanto cerré la tienda y me asegure de que todo estuviese bien me di cuenta de que había un par de ojos mirándome desde el otro lado de la calle, claramente una persona, rogué en silencio que no sea algo que me traiga problemas o algo complicado, que me asalten a mi o al café es algo que claramente cae en estas categorías.