Cuando llegue me encontré a Oikawa recién abriendo los ojos, en cuanto me miro sonrió y yo sentí algo moverse adentro de mí. Se veía genial. No tenía más palabras, incluso, creo que genial no alcanzaba a describirlo, pero no me molestaría en pensar en algo mejor.
Me acerque con los cafés en una mano y la bolsa, con el acompañamiento dentro, en la otra. Me senté a su lado en la cama, espere que el pasara de estar recostado a sentarse, y le entre su café. Él lo tomo, me dio las gracias y bebió de inmediato, no paso ni siquiera un segundo para que este se quejara de lo caliente que estaba. Sonreí ante su dolor.
Desayunamos en silencio, él apoyaba su cabeza en mi hombro, la habitación estaba iluminada por el sol, se veía más cálida de lo normal. Y eso me agrado.
Luego de desayunar nos comenzamos a mover. Oikawa fue a darse una ducha mientras yo me encargaba de ordenar todo el desastre que causamos anoche. Tome toda la ropa que estaba dispersa por el suelo y la eché a la lavadora, primero la examine para asegurarme de que no había nada de valor en ella, quite la billetera y el celular de Oikawa de sus pantalones y procedí.
Oikawa en cuanto termino de ducharse me cuestiono por su ropa. Entre al baño como si nada, él tenía una toalla amarrada alrededor de su cintura, me fije con atención en su pecho lleno de marcas, obra mía, y deje la ropa que le prestaría para que este se la pusiera.
- ¿y mi ropa? – me cuestiono de inmediato
- La estoy lavando – conteste como si nada.
- Iwa-chan podía ponérmela – suspiro – aún no estaba lo suficientemente sucia como para lavarla.
- Estaba sucia.
- Claro que no. no exageres – dijo comenzando a secarse el cabello
- Tu estas exagerando, si no quieres ponerte la ropa que te estoy prestando entonces ve tu como te las arreglas – dije ahora con un tono más molesto. ¿Por qué tenía que complicarlo todo siempre? Solo ponte esa ropa y listo. Pensé.
- Prefieres que no tenga nada de ropa ¿eh? – dijo ahora con un tono seductor – ¿tu plan era ese? – vi cómo se estaba acercando, de inmediato me aleje de él
- No. – dije tajante y salí del baño apresuradamente
Ese idiota de verdad que es molesto. Pasaron unos minutos y vi como Oikawa salía con mi ropa puesta, no pude evitar mirarlo de arriba hacia abajo más de una vez. Aunque es extraño, mi ropa le quedaba a la perfección.
No fue ninguna sorpresa el haber pasado ese día en el departamento viendo televisión, hasta que Oikawa decidió que ya era hora de irse, ya era bastante tarde, le ofrecí quedarse de nuevo a dormir, lo cual, fue estúpido ya que mañana es lunes y de seguro él debía arreglar unas cuantas cosas para el entrenamiento matutino.
Pero, el no menciono nada sobre mi estupidez, más bien, me regalo una sonrisa traviesa, analice lo que le había propuesto, y si, daba mucho espacio a malinterpretaciones, pero no, no era que quisiera repetir lo que había pasado esa noche, bueno si quiero, pero no le ofrecía quedarse por eso.
Termine diciéndole que lo acompañaría a la salida de los departamentos. Él se largó a reír, divertido ante mis reacciones, y debía ser gracioso, me puse nervioso pero mantenía mi ceño fruncido para no demostrar debilidad, aunque, ya estaba más que claro lo avergonzado que estaba. Maldije a Oikawa.
Apenas me asome al pasillo sentí que me congelaba, no soy propenso al frio ni nada por el estilo, pero salir de mi cálido departamento al frio de la noche me golpeo fuerte. Volví por una chaqueta para mí y otra para él, se la tendí y vi como él dudaba por un segundo pero se la puso sin protestar.
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Iridiscencia.
FanfictionDos años luego de su graduación, y haber perdido contacto por completo con su mejor amigo, Iwaizumi decide ir a estudiar a la ciudad de Tokio, en donde pasa por experiencias completamente nuevas, pero una de las mas importantes es un reencuentro ine...