Iridiscencia.

16.

Bien, desde que se fue Oikawa me dedico a pasar las tardes o en mi departamento o en el café de Abril, de vez en cuando voy a visitar a Mattsun y Makki, pero no lo hago muy seguido, esos dos se las arreglan para que yo sea siempre víctima de sus bromas, bueno, siempre ha sido así. A veces estábamos los cuatro en el café, nos quedábamos hasta tarde ahí, era nuestro punto de reunión, sin embargo, pase lo que pase, respetaba una hora nocturna para hablar con Oikawa por teléfono.

El me mantenía informado de cuando serían los partidos, los cuales, nos juntábamos todos a ver, por lo general en el café de Abril, y, debido a que estos no eran emitidos por la televisión, terminábamos por verlos desde mi computadora.

Abril en un principio no tenía ni la más mínima idea de nada de lo que sucedía en la cancha, era una completa ignorante del voleibol, pero no tardamos mucho en enseñarle, y ella tardo menos en aprender. Dentro de poco ella ya se manejaba en todo y no tenía la necesidad de preguntarnos nada.

Ya se ha cumplido un mes desde que Oikawa está en Estados Unidos, no ha perdido ningún partido y debido a esto, deduzco que si cumplirá los dos meses allí. He estado tan ocupado con la Universidad que apenas siento la ausencia de Oikawa, sí, me gustaría decir eso, pero todos sabemos que es una vil mentira. A partir de las dos semanas y media comencé a sentir de verdad su ausencia en mi rutina. Y no era el único, más de una vez cuando llegaba al café de Abril y ella me preparaba algo terminaba por preparar el café de Oikawa también, por error, yo le decía que no se preocupara y terminaba por bebérmelo también.

Cumplí a mi auto promesa impuesta y desempolve mis pesas, las usaba a diario y las mantenía en buen estado, lo que fuese con tal de callar al idiota de Oikawa que había osado llamar oso.

Decidimos no contarle a Oikawa sobre el encuentro con Mattsun y Makki, sería mejor ver como se sorprende y estos le juegan bromas sobre sus expresiones e idioteces. Solté un suspiro. Había salido de la universidad temprano, me fui directo a mi departamento y en cuanto entre me lance contra la cama a descansar, Maat ya estaba desde antes recostada sobre mi cama, cuando sintió mi peso a su lado despertó de inmediato y se recostó en mi pecho. Definitivamente es igual a Oikawa.

Sus ronroneos me relajaban, en un principio no sentía un amor particular hacia los gatos, pero ahora que he estado conviviendo con uno, comienzo a pensar que los prefiero antes que los perros, o algún otro animal. Cuando era pequeño solía tener un perro, ¿Qué paso? Ni siquiera yo sé con seguridad que el sucedió, mis padres no quisieron contarme, luego de eso, comencé a tener solo hámster, los cuales, jamás tuvieron una larga vida. Y desde entonces que me resisto a tener una mascota aparte de Oikawa.

Tal vez, termine por robarle esta gata a Oikawa, después de todo, tengo la seguridad de que él se la robo también, no tendría ni la más mínima culpa de quedármela. Sonrió de solo imaginar sus reacciones y el escándalo que armaría en menos de un segundo, casi puedo escucharlo decirme "a ella si le permites quedarse aquí y a mí no" y si continuase la discusión, estoy seguro de que terminaría por adoptarlo a él también en este lugar.

Y me regaño mentalmente, ¡que no! ya había llegado a la conclusión de que era pronto para eso. Jamás le pediría venir a vivir aquí conmigo, en este departamento, el cual, equivale solamente a la sala y cocina del que él posee.

Solté otro suspiro. Bueno, podía soñar todo lo que quisiera, soy libre de eso al menos. Me paso el resto de la tarde estudiando, si, tendré un examen que me tiene con los nervios de punta hace una semana. Me he esforzado estudiando día y noche, necesito sacar una excelente calificación, no porque esté en peligro, más bien, es por satisfacción propia. Y más que nada ver la cara del profesor que más detesto, ver cómo me entrega el examen con una calificación perfecta me haría ganar años de vida.