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Oikawa llegaría esta tarde y, sin que él me lo pidiese en realidad, había terminado por decidir en ir a buscarlo a la parada de tren. Sabía que le alegraría este detalle y, por lo que me ha contado que ha sucedido con su familia y las noticias, necesitara que lo anime, de seguro ha estado haciéndose el fuerte durante todo este tiempo, pero sé que solo actuaba frente a sus padres.

Estaba sentado en una banca, esperando a que él llegase, veía a la gente pasar de un lado para el otro, trenes llegando y otros partiendo, la verdad es que estaba bastante vacío a esta hora y en mi opinión eso era para mejor.

Entonces, llego el tren, me puse de inmediato en pie y me acerque más, en cuanto abrieron las puertas comencé a buscarlo con la mirada, tampoco había un gran fluido de gente, sin embargo, no lo podía encontrar, entonces, sentí como algo tiraba de mi chaqueta por la espalda, me gire rápidamente y ahí estaba él, con la sonrisa más falsa que jamás me ha mostrado. De inmediato lo abrace porque supe que sería lo mejor hacerlo y cuando sentí como el comenzaba a temblar un poco, termine por confirmas que si había sido bueno hacerlo.

No sé con certeza cuanto tiempo terminamos por quedarnos ahí de pie en la estación, pero cuando Oikawa estuvo en un mejor estado termine por llevarlo al departamento o esa era mi intención, bueno, termine por darle variadas opciones como ir a comer algo, pasar al café de Abril o irnos simplemente al departamento, el termino por elegir el ultimo, sin embargo, en cuanto llegamos termine por encargar algo para comer, sé que él se pone algo hambriento luego de llorar, y al ver su expresión algo abatida y decaída, supe que, luego de que llorase lo que debía llorar, lo embargaría un hambre voraz.

Y justamente de esta forma fue lo que sucedió.

Debí haber insistido en acompañarlo en esa visita, debí haber estado con él en todo momento, tal vez de esa forma las cosas hubiesen salido de una forma mucho más fácil, bueno, tal vez fácil no pero menos doloroso para él. Aunque él no sepa con la suerte que corrió, su padre lo apoya y su madre solo tiene que aceptarlo y lo hará con el tiempo, hay casos peores, pudieron haber reaccionado de una peor forma y eso sí que lo hubiese dejado destrozado.

Con todo esto de volver a la universidad, Oikawa ha estado estudiando como si le acabasen de informar que tiene un examen final el día de mañana, se queda hasta tarde por la noche y se levanta temprano por la mañana, estoy seguro de que si fuese por él se saltaría todas las comidas, lo cual yo no le permito.

Lo veo como se esfuerza cada día y mi única forma de ayudarlo es preparándole café, su nueva droga y obsesión, aunque, de vez en cuando veo como se asoma por el balcón y termina por fumar un cigarrillo, yo no le digo nada, no me molesta y no pienso cumplir el rol de novio que más que nada parece una madre, eso ni muerto. Asi que, término por observarlo solamente y sacar fotografías mentales, bueno, y tal vez algunas digitales.

Veo como vuelve a sus estudios y me acerco por su espalda, me asomo sobre su hombro y leo lo que con tanto entusiasmo, claramente entendí solo la mitad, pero reconocí de inmediato su letra en los apuntes.

- Es un poco más ordenada de como la recuerdo – termino por decir más para mí mismo, pero él se gira y me mira sorprendido, al parecer no se había percatado de mi presencia hasta que hable.

- ¿Qué cosa? – me pregunta dejando el lápiz que sostenía sobre el escritorio

- Tu letra - dije alejándome un poco – ahora que tengo un poco de tu atención – dije frunciendo el ceño un poco, más que nada para demostrar que estaba un poco molesto, aunque esto no fuese en serio – salgamos a comer algo afuera – sugiero. Él se quita sus lentes y se refriega un poco la zona entre los ojos, entonces me mira y sonríe

Iridiscencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora