Camine por el andén entre un montón de gente que iba en el avión conmigo, no podía ver a las personas fuera del pasillo para buscar a mi papa por mi altura y brincar o ponerme de puntas con tacones no es una buena idea, déjenme decirles.
Seguí avanzando hasta que por fin el pasillo termino y todos se comenzaron a dispersar. Me saque las gafas de sol, que eran más grandes de lo necesario, pero eran hermosas.
Recorrí la multitud con la mirada, intentando encontrar a mi padre. Solté un bufido y camine atraves de la gente agarrando mi bolso con fuerza para que no se me cayera.
Unas manos taparon mis ojos y pegue un gritito, escuche su risa a mi espalda y me relaje.
-sé que eres tú, suéltame-
Así lo hizo y me gire para poder abrazar a mi papa.
-me asustaste!- le dije una vez que nos separamos y empezamos a caminar al área de equipaje para recoger mis maletas.
-lo supuse- volvió a reír y le di un suave golpe en el brazo, -ya, pero está realmente cambiada Em, casi note reconocía con esos lentes-
Le sonreí y lo abrase, -me reconociste desde que salí de ese pasillo?-
-claro que si, habrás cambiado, tu ropa, tus zapatos, tu cabello y usaras maquillaje, pero te reconocería hasta con los ojos cerrados-
Reí ante eso,-no es cierto, me has confundido con Liam antes-
El negó, -era de noche y escuche a alguien abrir el refrigerador, no es mi culpa que Liam le de hambre a esas horas normalmente-
Volví a reír y me separe de el para buscar mis maletas, dejándolo atrás mientras me acercaba a la banda trasportadora. Cuando las primeras dos llegaron a mí, las saque sin dificultad, pero las otras dos, que llegaron un poco despues, eran más pesada y no pude.
-deja, te ayudo-
Me gire a la derecha para encontrarme con un chico alto y con cabello rubio, saco mis dos maletas de la cinta y me sonrió, sus ojos eran de un azul hermoso.
-gracias-murmure
-no es nada linda- me guiño un ojos y luego se marchó arrastrando una gran maleta detrás de el
Sentía mi cara arder, era la tercera vez que algo así me pasaba, las otras dos fueron en parís y eran chicos igual o un poco más guapos que el que me acaba de ayudar. No entendía porque lo hacían y la verdad era incómodo para mí. Reaccione ante un ligero empujón de alguien intentando sacar su maleta y camine hacia mi padre con las mías, batallando mucho en los tres metros que nos separaban.
-está bien, no quiero saber que fue eso- dijo mi papa, solté una carcajada y el negó, su mirada se dirigió a mis maletas y sus ojos se abrieron un poco más, -niña, pero que tanto traes?!-
Volví a reír y a negar, -es culpa de mama, Daisy, Andrea y Natalia-
El suspiro, parecía que esperaba algo así.
-vamos a casa, a las nueve y media te llevare a la preparatoria y deberías descansar un poco antes-
-genial-
*
Suspire algo triste. En cuanto abrí mi armario me sorprendí de lo mucho que extrañaba ver ahí apilada toda mi ropa comoda y holgada. Lo habia dejado casi vacío a pesar de solo llevar dos maletas a parís. Dedique toda una hora a acomodar mi ropa y zapatos nuevos en el en lugar de descansar. Habia dormido bastante en el avión.
Cuando termine escuche un golpe en mi puerta y grite un “pasa”, la puerta se abrió y mi papa se quedó observando mi armario totalmente renovado, que apenas cabía en los cajones y en la percha.
-que le paso a tu ropa?- murmuro
Solté una risita nerviosa y le sonreí lo más grande que pude.
-mama la dio a la caridad-
Mi papa me miro horrorizado, como si no pudiera creer lo que acababa de decir. Está bien que yo amaba mi antiguo estilo, que nadie se cansaba de repetirme que era de hombre, pero no era como si fuera a morir por no tener esa ropa.
-santo cielo, que te mas te hicieron esas brujas mi niña?-
Comencé a reír a carcajadas, sabía que lo decía jugando, mis padres se llevaban muy bien a pesar de estar divorciados, pero su tono asustado era demasiado.
-lo dices como si me hubieran convertido en sapo-
-no lo dudes, puede que sea el próximo proyecto-
Volví a reír y me pare de la cama para tomar una toalla de la parte de arriba de mi armario.
-bien, me baño rápido, me cambio y nos vamos, está bien?-
-claro, me llamas cuando estés-
Asentí y el salió de mi cuarto y yo entre al baño privado de mi habitación.
Despues de darme una ducha tibia, me vestí con unos pantalones, eran ajustados y algo incomodos al caminar, pero los pantalones fue lo primero que me hicieron cambiar así que ya me habia acostumbrado a usarlos. Mis botines negros con tacón que habia usado para el avión y una blusa azul eléctrico con un dibujo blanco de la torre Eiffel en el centro. Cepille mi cabello y lo planche un poco para que se viera bien.
Dude un poco con el maquillaje, no estaba segura si siquiera podía usarlo para la prepa pero muchas chicas de mi clase lo usaban así que me decidí por un poco de mascara y brillo en los labios, no es que necesitara mucho la verdad.
Tome mi bolso, la tela tenía un estampado de estampillas postales amontonadas y me habia encantado desde que la vi en una tienda cuando buscábamos mi nuevo guarda ropa. Metí rapidamente mis libros y útiles en el bolso y baje las escaleras.
Mi padre estaba viendo la televisión, el ruido de mis tacones debió hacerlo voltear, porque en cuanto yo lo mire él me estaba sonriendo.
-vamos-
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Siempre fui chica, idiotas
FanfictionLa vida de Emma Payne no pudo haber cambiado mas en los ultimos dos meses. Pasar el verano con su madre y tres primas en Paris no es uno de sus mas grandes deseos, pero que le cambien desde los zapatos hasta el cabello tampoco lo era. Y el de sus am...