1994
Las enfermeras se encontraban por todos los rincones del hospital. Sarah descansaba en uno de los bancos ubicados en la sala de espera, su padre no había podido dejarla con nadie esa noche de invierno, ya que katie, su esposa, había roto fuente antes de lo esperado, el bebé estaba por nacer y Mark se encontraba demasiado nervioso en ese momento, él sabía lo que aquello significaba, lo sabía desde hacía tiempo, pero aún no estaba preparado.
Las enfermeras estaban tardando demasiado en darle noticias y el temor de Mark crecía cada vez más
—disculpe— hablo en dirección a una de las enfermeras que pasaba por allí, la mujer se acercó a él con unos papeles en sus manos
—dígame—
—necesito entrar— la enfermera negó con la cabeza
—no puede hacerlo, la cesárea es de alto riesgo y debemos ser precavidos—
Sarah despertó al oír un fuerte estruendo desde el exterior del hospital, la niña se levanto y se asomó por la ventana para así poder contemplar la lluvia caer, tocó con sus pequeñas manos el frío vidrio que la separaba de aquella tempestad y luego miro a su padre
—¿donde está mamá?— pregunto la niña con dulzura, sus ojos color miel se encontraban rojos y húmedos, su cabello rubio, sujeto por dos coletas a los lados, estaba revuelto.
Mark la miro unos segundos con tristeza en sus ojos, le dedicó una sonrisa de consuelo a la pequeña y volvió a centrar su atención en la enfermera.
Al no oír respuesta de su padre abrazó fuertemente su oso de peluche blanco y continuó mirando por la ventana—¿que puedo hacer por usted?— pregunto la enfermera notando la escena. Mark negó con la cabeza, ya no había nada que ella pudiera hacer, nada que él quisiera.
Un llanto proveniente de la sala de partos se hizo presente y Mark no dudó en correr hacia allí, dejando a su pequeña niña junto a la chica de cabellos castaños que usaba una bata verde.Cuando logró entrar en la sala su ritmo cardiaco se incrementó, su rostro palideció y su respiración se aceleró como si hubiera corrido una maratón, el miedo se hizo presente en el momento en que entro, deseo con todas sus fuerzas que se tratase de un sueño.
Una nueva enfermera apareció tendiéndole una bata y una gorra para el cabello color verde
—debe ponerse esto señor— le informó, Mark asintió tragando saliva, sintiendo de repente su garganta demasiado seca.
Al contar un par de segundos ya tenía todo puesto, y continuó su paso hacia la camilla del hospital donde su mujer yacia dormida
—es una niña — murmuró un doctor entrando con su pequeña beba en brazos, el hombre le tendió a la niña en un intento de consuelo, Mark la sostuvo contra su pecho y observó como la bebe descansaba plácidamente recordándole el nacimiento de su primeriza y la felicidad que esa etapa había causado en la vida de su esposa.
Y las lágrimas aparecieron como un mecanismo de defensa y desahogo, recorriendo sus mejillas con esa sensación que lo apagaba por completo, obligándolo a buscar en su interior las razones y explicaciones, y ahí estaban, frente a sus ojos llenos de lágrimas, su mujer que aún yacía en aquella cama de hospital, con los ojos cerrados y los labios pálidos, con su dulce cara sin ninguna pizca de emoción. Ahora la veía, y no quería creerlo.
Fue en ese entonces que se lo imagino todo, fue en ese momento que su pesadilla se volvió realidad, y quería huir de ella, pero no podía, porque como en su sueño las piernas no le respondían, y ya no era capaz, y no podía despertar, porque todo era real y ahora lo sabía, sabía que el momento de gloria de katie había terminado, lo supo cuando la tocó, lo supo cuando notó la piel helada de su mujer bajo su tacto, y fue ahí que toda su fuerza desapareció y se vio a si mismo en un laberinto sin salida.
Mientras continuaba acariciando el rostro de su esposa, observó como la niña descansaba entre sus brazos
—es hermosa— le murmuró a katie sabiendo que ya no lo oía
—prometo que la cuidare— susurró y le sonrió a la niña, recordando las veces que katie se lo había hecho prometer, ella sabía que eso ocurriría y el se negaba a creerlo, el se negaba a vivir pensando en aquello, pero... ¿como no iba a hacerlo?
¿Cómo iba el a querer caer en aquella realidad? Donde su mujer no volvería a abrazarlo, besarlo, y hacerle saber a sus hijas cuanto las amaba¿Cómo iba el a aceptar que katie muriese en aquel momento de gloria donde otro ser especial entraba en su vida?
Lloro en silencio junto a su esposa y su recién nacida, sus lágrimas recorrían todo su rostro terminando en su barbilla y callendo así en el pecho de su mujer. Y en un intento por ser fuerte comenzó a limpiarse las lágrimas, queriendo hacerlo por ella, porque era lo que katie quería, que el lo logrará, que el pudiera contra todo ese mal por sus hijas, por eso todas aquellas promesas, porque el tenía que darles lo mejorMiro a su niña nuevamente que aún continuaba durmiendo en sus brazos, era tan pequeña y frágil que temió por un momento, temió por no lograr hacerlo, por no ser capaz de darles lo mejor, deseo con todas sus fuerzas haber sido el y no katie, ya que ahora una bebe recién nacida y una niña de 4 años eran prioridad y el no tenía idea de cómo lidiar con ello, no tenía idea de cómo hacerle saber a su pequeña Sarah lo sucedido, y las lágrimas volvieron, estaba en su estado más vulnerable intentando idear un plan para salir adelante.
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Life Under Lies ©
Fiksi RemajaCuando estás en la época en la que tu inocencia ocupa un cien por ciento de tu personalidad, siempre habrá quienes quieran aprovecharse de eso, o intentar cambiar nuestros puntos de vista a su favor. Y es por eso que ellos lograron secuestrarla, da...