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Y otra vez toco  fondo, ya no floto, ya caí y tengo miedo de no volver a flotar, de quedarme en la profundidad por siempre.

Siento que los muros se cierran a mi alrededor y no tengo ganas de saltar para volver a vivir, me siento débil, acurrucada en una cama llorando sin dejar de pensar.

Henry recorre mi mente y me lleva a todos los lugares que en algún momento sonreían para mí, ahora son grises como cuando se aproxima una tormenta, no me llevan a ningún lugar, como si estuviera estancada en un enorme laberinto donde mi guía es ciego y no puedo encontrar la salida.

Henry lo era todo, el me había sacado mis miedos, desde un simple sótano oscuro hasta lo que era la vida, todo lo que hacía para mí me ayudada a crecer y siempre estuve eternamente agradecida.

Erwin se acerco a mi cama y se sentó junto a mi en un intento por contenerme, tocó mi espalda haciendo que los sollozos fueran aún más

—¿Y si no soy capaz de cambiar esta realidad? Tengo miedo de no poder hacerlo, tengo miedo de fallar en el intento, siento que nunca seré capaz de huir de aquí —hable cuando lo vi, sin siquiera pensar en lo que decía, porque ya nada tenía sentido sin Henry ahí.

Mis lagrimas recorrían mi rostro y no podían detenerse, el chico levanto mi barbilla y me dio un corto beso, no hablo y volvió a acariciar mi espalda. Luego de unos largos segundos de llanto tuve el valor de volver a hablar

—podrías darte cuenta de una cosa, solo una cosa— murmuré con lágrimas en mis ojos, Erwin suspiro para luego asentir — no soy quien creía ser, y la única persona con la que me sentía segura ya no está... — las lágrimas volvieron a caer en picada por mis mejillas, el muchacho de ojos esmeraldas se acercó aún más a mi para luego limpiar dulcemente mi rostro

—puedes sentirte segura aquí— murmuró — puedes sentirte segura conmigo — habló mirándome fijamente a los ojos — porque Lis, te prometo, te juro que nunca te pasará nada, no mientras esté presente, no mientras esté contigo.

No pude dejar de mirarlo a los ojos y recordé la vez que lo vi por primera vez, recordé sus palabras bonitas y su forma de mirarme, confió en el, lo hago de verdad, como lo hice con Henry, antes de haberlo visto morir, y vuelvo a ponerme rígida. Temo por su vida y también por la mía, luego de descubrir la verdad acerca de Marshall sé que es capaz de cualquier cosa, como fue capaz de asesinar a Phoebe, y como lo fue Tobin de asesinar a Henry , y eso me aterra ya que nuestra vida también está en riesgo como lo estuvo la de él.

Recordé la primera vez que vi a Henry, yo tenía 8 años , el estaba de pie con su traje parado en la entrada y Connie me llamaba a gritos, mi cabello estaba recogido en dos coletas que mi nana me había hecho y llevaba un vestido blanco floreado, recuerdo que me dijo que el iba a ser el que se encargará de llevarme a donde yo quisiera por un largo tiempo, también recordé la muerte de mi nana a mis 10 años y a Henry quien se encargó de consolarme, el cuido de mí y ahora no estaba más.

Volví a llorar mientras Erwin me abrazaba

Carraspee antes de hablar —aveces quisiera volver a los momentos que guardo en mi cabeza, poder revivir esos recuerdos una y otra vez hasta cansarme, poder expresarles mi amor a las personas que se fueron y sentirme satisfecha—no sabia como detener mis lágrimas, y las palabras salían de mi boca rápidamente —Henry fue como un padre para mí y nunca pude agradecerle todo lo que hizo de la forma adecuada.

Erwin me soltó para luego mirarme fijamente

—hiciste demasiado preciosa, por eso el te quería tanto— y llore, mientras el me contenía, me acariciaba y besaba mi frente como lo hizo Henry cuando mi nana falleció, y llore más al recordarlo.

Life Under Lies ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora