Epilogo

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Me encontraba en el cementerio parada frente a la lápida de Henry

'Henry Thomson
1952 / 2017 '

Era 24 de agosto, su cumpleaños número 66 e iba a llevarle flores. Y eso era lo que había hecho cada mes desde su asesinato, era lo mínimo que se merecía, algunas flores.

"Tu hijo Thomas te ama"
"eres el agente que nos cuidara desde el cielo'"
"Tus amigos te amamos"
"Iluminaras al señor con tu sonrisa, como lo hiciste conmigo, te ama, tu querida amiga Lis"

Observe con lágrimas en mis mejillas cada placa de plata que se encontraba sobre su lápida. Lo extrañaba demasiado y cada día, luego de su pérdida, se había hecho más insoportable.

Nadie sabía nada sobre Tobin ni mucho menos sobre Marshall y eso se había vuelto una constante preocupación, aquellos asesinos estaban sueltos y aunque quisiera continuar, y seguir yendo a la universidad, ese sentimiento de estar perseguida seguía ahí, golpeando como un pájaro carpintero constantemente en mi cabeza.

No quería pensarlo demasiado, pero Erwin ya casi nunca estaba a mi lado y Mark también se había distanciado, y eso hacía que me sintiera insegura. Ellos querían atraparlos y aquello los separaba de mi.

—el está bien allí—habló Sarah detrás de mí

—lo se— conteste

—feliz cumpleaños Henry— murmuró mi hermana acariciando la foto de mi difunto amigo, sonreí con las lágrimas aún en mis mejillas —¿quieres ver a mamá?— preguntó la chica rubia.  Asentí, tocó mi hombro intentando darme consuelo y luego me abrazo

—te quiero Lis, y prometo que superaremos esto, prometo que tu vida logrará ser la mejor que pudieses tener— asentí nuevamente

—también te quiero — dije con la voz quebrada al borde de las lagrimas.  Al separarnos me sonrió.

Nuestra relación se había reforzado ese último tiempo, al alquilar un departamento en Dublín ella se había ido a vivir conmigo, y eso hizo que nos conociéramos mucho más, que recuperáramos parte del tiempo perdido.

Luego de tocar la fotografía de Henry, en forma de despedida, camine junto a Sarah hacia dónde se encontraba enterrada nuestra madre.

Había pasado por su lápida tiempo atrás, y siempre esa extraña sensación de nostalgia recorría mi cuerpo, aquella mujer había dado su vida por mí, literalmente había dejado todo para que yo tuviera una vida y eso no se pagaba con nada.

La amaba, la amaba tanto que me resultaba extraño, ella era alguien a quien no conocía ni conocería nunca, alguien que lo había dado todo por mí cómo Henry también lo había hecho, y lucharía por eso, lucharía por combatir toda la basura que me rodeaba, porque gracias a aquellas personas yo estaba ahí, con una nueva oportunidad de ser, y no tenía que defraudarlos


'Katie Dear
1967 / 1994'

"Madre de dos hermosas niñas, Sarah y Lis quienes te aman"
"Esposa maravillosa de la que nunca dejaré de estar enamorado"

Sarah me abrazo mientras leía

—ella nos observa desde arriba, y junto con Henry harán que todo sea posible— asentí con lágrimas en mis mejillas, porque ya no podía hablar y sabía que lograría seguir, porque ante todo yo sería feliz, junto a las personas que quería, yo lo era, ya que no esperaría que atraparán a Marshall para serlo.

Al salir del cementerio y subir al auto de Sarah, noté algo, una sombra de un animal o de una persona, no estaba segura, de lo que si estaba segura era que la sombra desapareció al instante en que la vi, y eso me resultaba sospechoso, como todas aquellas veces en las que me había sentido perseguida, todas las veces en las que el temor recorría mi cuerpo y no dejaba que pudiera seguir con mi vida.

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Life Under Lies ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora