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Erwin

Allison estaba junto a mi en una pequeña pizzería cerca del Saint Germain

—Me sorprendió tu llamada— le dije mientras nuestra pizza llegaba. La chica había sido mi pareja el año anterior, y la había dejado al encontrarme con Sarah, ya que no podía lograr estar con ella teniendo a la rubia en mi cabeza.

Ally era una chica muy bonita, morena de ojos marrones y tes blanca, su sonrisa siempre estaba presente y al terminarle, nuestra relación creció mucho más convirtiéndonos en buenos amigos

—acabó de llegar a París, y... bueno, sabía que estabas aquí por los últimos mensajes—

—hace cuatro meses fue el último mensaje Ally— dije, ella se encogió de hombros

—por eso te llame, quería verte— habló para luego beber su jugo de naranja —estás más guapo ahora— sonreí

—tú también te vez bien —

—deberíamos volver, si, eso tendríamos que hacer— reí mientras ella también lo hacía — ahora es el momento justo ya que ambos somos guapos¿no crees?— asentí para luego continuar riendo, sabiendo que se trataba de una broma, ya que siempre se trataba de eso con ella

—hay una chica— hable firme mientras daba vueltas la bebida que se encontraba en mi copa

—¡¿no me digas que lo lograste?! — preguntó abriendo sus ojos de par en par

—¿creías que no lo lograría?— se encogió de hombros mostrando superioridad

—quería que no lo hicieras — dijo entrecerrando los ojos y arrugando la frente

—no lo logre, me enamore de su hermana— sus ojos volvieron a agrandarse

—¿Sarah tiene una hermana?— suspiro —oye espera, necesito una explicación — arremangó su suéter verde y me miró fijamente

—tampoco lo sabía, me enteré en el caso, es una historia muy larga—

— tengo todo el tiempo del mundo— dijo apoyando los codos en la mesa y la cabeza en sus manos.

Comencé a contarle la historia mientras ella escuchaba atenta interrumpiendo de vez en cuando con comentarios irónicos, cuando llegue al final todo se volvió más serio y dejo de decir aquellas ironías para tirar un 'o por dios' o 'pobre chica' en tono preocupado

—no dejo de pensar en ella y hay alguien que tampoco deja de hacerlo, y a pasado por tanto que no quiero apurarla— suspire — se está volviendo todo un completo infierno en mi cabeza, pero me encanta, no sé cómo lo hizo, ¿entiendes que logró que Sarah saliera completamente de mis pensamientos?— ella asintió y suspiro

—salgamos de aquí — dijo sorprendiéndome

—¿que?—

—vamos a un bar, pasémosla bien un rato, yo también lo necesito — mire la hora, eran las diez de la noche, no me harían mal un par de copas.

Y eso hicimos, pagamos la cuenta y conduje en dirección a un bar cercano. El cual resultaba bastante extraño que estuviese abierto ya que se trataba de un lunes  y el día siguiente era el día de los enamorados

Al entrar en el lugar la casa nos obsequió dos margaritas, con la excusa de que a cada pareja que entrase en el lugar se les regalaría aquella bebida, al intentar decirles que no éramos pareja Ally me pateó y comenzó a reír para luego susurrar muy cerca de mi oído 'disfruta que es gratis'.

Nos sentamos frente a la barra y bebimos las margaritas, luego pedimos dos tragos de whisky y  al terminar con ellos continuamos bebiendo vodka

—ven bailemos— dijo Ally sonriendo, la música sonaba fuertemente haciendo del ambiente pesado sus ojos ya estaban desorbitados.

Seguí a Allison por la pequeña pista, ella movía sus caderas de un lado al otro sabiendo lo que hacía, los hombres que estaban sentados la miraban al ser la única en el lugar, me posicione detrás de ella y toque su cintura, Ally sonrió al sentir mi tacto y continuó bailando, intente seguir su ritmo cuando se giró en mi dirección, me miraba fijamente mientras sonreía, coloque mi mano izquierda sobre la parte baja de su cintura y la atraje hacia mi. El alcohol cada vez hacía más efecto y lograba que, junto con el efecto de las luces, comenzará a marearme, cerré los ojos atrayendo aún más a Ally, al abrirlos alguien habló por los altavoces

—y una pareja logró venir esta noche, ¡feliz día a ustedes chicos! — sabía que hablaban de nosotros pero me encontraba tan metido en nuestros pasos que lo ignore.

supuse que ya eran pasadas las doce cuando la chica me besó, de una manera intensa jugando con mi lengua, succionando mis labios, haciendo presente su deseo, el alcohol en mis venas hizo que imaginara a Lis y que continuará besando a la morena con la misma intensidad que ella

—vamos—dijo Allison al separarse de mi, asentí y la seguí, salimos por la entrada del bar en dirección a mi coche, al subir en él la chica no perdió el tiempo y se posicionó sobre mis piernas. Comenzó a besarme con la intensidad en la que lo había hecho en la pista y toco mi abdomen bajo mi camisa

—Ally —dije apartándola

—¿q- que?— preguntó entre cortos besos en mi cuello, toque sus muslos

—para— dije

—se que lo quieres, anda— volvió a besar mi cuello —hagamos lo que hacíamos antes— noté que estaba agotada —¿hace cuanto no lo hacemos?— pregunto aún depositando cortos besos en mi cuello

—no lo haré aquí, ni tampoco contigo — la aparte, ella se quedó mirándome, con sus grandes ojos marrones y su camisa desarreglada— no puedo volver a hacerlo contigo — no dijo nada y se retiró de mis piernas

—está bien — murmuró —discúlpame — no me miró al decirlo, no le conteste

—solo quería que te relajaras un momento, no quiero verte sufrir Erwin— sonreí ante su comentario, tenía los ojos cristalinos, como si estuviera apuntó de llorar

— la pase de maravilla, pero no dejo de pensar en Lis— Ally asintió con la cabeza

— entonces lo mejor sería volver a casa — ahora el que asintió fui yo y encendí el motor de mi BMW

Primero la deje en su hotel, luego medite por unos segundos antes de volver a ponerme en marcha, no podía llegar así a la cabaña, Lis no podía verme de esa forma y ya era muy tarde, además el alcohol seguía en mi sangre y estaba cansado como para manejar hasta allá, así que me dirigí al Saint Germain.

Al entrar Felipe limpiaba unas mesas, intente que no me viera, pero fue inútil, cuando levanto la vista se topó con mis ojos, para mi sorpresa no dijo nada, ni tampoco se acercó y le agradecí por aquello, mi ropa olía a mujer y a cigarrillos, y no me sentía muy a gusto con eso, menos si se trataba de Felipe, mi estado haría que él ganara el concurso de meadas si Lis se enteraba.

Pedí una habitación, sabiendo que sería la que Lis anteriormente usaba porque era la que siempre teníamos reservada.

Entre en el cuarto y me dirigí rápidamente al baño, pensé en aquella noche y en lo estupido que había sido, no ganaría el corazón de Lis si actuaba de esa manera, y no quería rendirme ahora, no después de lo mucho que había esperado por ella.

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Erwin metiendo la pata, ¿cómo creen que seguirá su relación?

Gracias por continuar leyendo y comentando, las adoro!!!

Disculpen si tardo en subir, la universidad me vuelve loca y solo tengo tiempo en el viaje de ida para escribir.

Muchos besos yan.

Life Under Lies ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora