8

87 18 5
                                    

Erwin

La mayor cantidad de horas seguidas que había dormido esos últimos días eran tres, no podía pegar un ojo por lo del homicidio, me encontraba preocupado por la situación, ya que el asesino era muy cercano a los Anderson, y no quería que nada sucediera.
Mark creía que se trataba sólo de mi afecto hacia Lis, pero la verdad era que apenas conocía a la chica, y no quería que nadie la matara antes de resolver el caso de los Anderson

decidimos con Mark no decirle a Henry, para que pueda pasar unos buenos momentos con su hijo y así disfrutar del tiempo sin ninguna preocupación.

Eran pasadas las ocho de la noche y me encontraba solo en el cuarto de Mark, la habitación estaba a oscuras con una sola lámpara encendida. Estaba mirando las declaraciones de los testigos, el de Lis se encontraba allí, su número estaba en aquellos papeles, lo leí y releí un par de veces hasta que decidí agendarlo en mi celular, luego mire las fotos que se encontraban junto a los archivos en el escritorio y una de ella también estaba ahí. Era una foto vieja, de la primera vez que la vi en la cafetería, tenía la vista perdida en las calles de París, sus ojos grandes color miel eran los que más llamaban la atención, estaba linda, incluso más de lo que recordaba, fije la vista su rostro en sus labios, en sus ojos y en su cabello, pensé en las cosas que Sarah me había dicho y decidí enviarle un mensaje
'Hola bonita' puse, y aunque sabía que estaba mal y que parecería un acosador lo hice, negué con la cabeza, el juego de Erwin estaba comenzando y si Sarah quería que hiciera las cosas bien las haría a mi manera

Levante la vista encontrándome con el rostro de la chica de cabellos rubios y ojos miel, estaba a un par de metros lejos de mi, sentada en la barra de la cocina, no me miraba, observaba el contenido de su taza, perdida en sus pensamientos. Y fue ahí que lo note, sus ojos, su nariz y sus labios, era tan hermosa y tan parecida, que creí delirar. Ella me miró

—¿que vez?— preguntó dulcemente, note otros rasgos parecidos, como el color de sus labios, era mínimo el detalle, pero lo note, cómo sus ojos se abrían cuando quería saber algo, pareciendo una niña pequeña, o como entreabría la boca esperando la respuesta

—nada— observe nuevamente la imagen que reposaba en el escritorio

—¿has visto a mi padre?— preguntó luego de unos segundos

—acaba de salir con Henry, esta noche harían guardia en lo de Lis, Henry se enteró sobre el asesinato y quería estar atento— Ella suspiró

—le dije que no saliera— susurró

—¿por que?— nada malo podría pasarle, era un agente bien entrenado —¿que estás ocultando Sarah? — ella comenzó a ponerse nerviosa, no me miraba a los ojos y se mordía el labio inferior, estaba seguro de que sus manos sudaban y logre comprobarlo cuando limpio una de ellas en su regazo
—¿Sarah?— insistí, me miró y un golpe fuerte interrumpió nuestra charla, más bien mi monólogo.

—Henry, por dios, debes decirle quién fue el que mato a aquella pequeña— Mark entraba junto a Henry, este parecía malhumorado

—no puedo, no insistas— estaban teniendo una discusión. Sarah aprovechó el momento para acercarse a su padre dejando nuestra conversación en la nada. —no puedo decirle que su padre es un asesino— dijo Henry y luego suspiro, Mark se cruzó de brazos

—el no es el padre— continuó discutiendo

—¿que sucedió?— hable, ambos me miraron

—Marshall sucede— habló Mark enfadado

—unos agentes encubiertos encontraron fotos de Phoebe Lipson, también cartas de Connie.

—el maldito mato a Phoebe—habló rápidamente Mark

—¿Marshall?— preguntó Sarah sorprendida, Henry asintió

—el mismo—

—¿y que tienen que ver las cartas de Connie?— pregunte

—aquí están— dijo y me las tendió, eran cuatro
Las fui abriendo una por una

" Querido Marshall:
Esta semana tuve un día difícil con Phoebe, estuvo muy agresiva, creería que fue por la muerte repentina de su padre, espero con ansias verte
Con amor tu Connie"

"Querido Marshall:
Gracias por este fin de semana inolvidable, estuve pensando acerca de tu propuesta, los problemas con Phoebe van empeorando, no me encuentro preparada para criar una niña con esta enfermedad, puedes pasar el jueves? Me gustaría que hablemos personalmente
Con amor tu Connie"

"Querido Marshall:
No sé si es demasiado tarde, he visto programas donde dejan a los niños down a cuidado de doctores, si todo está hecho lo entenderé, solo es una propuesta, a pasado una semana y temo que alguien se entere.
Te quiere Connie"

"Querido Marshall:
Estas fueron las mejores semanas de mi vida, me pone triste no poder quedar embarazada de ti, pero sé que lo resolverás, como lo hiciste con Phoebe, la cual ya no es un problema
Te quiere Connie"

Leí en voz alta, Sarah tenía su boca tapada con ambas manos, Henry miraba por la ventana y Mark se encontraba sentado mirando el suelo, nadie dijo una palabra, todo estaba dicho y debíamos actuar, Lis estaba en problemas si seguía viviendo bajo el mismo techo que aquellos monstruos.

—alguien debe decirle— insistió Mark mirando a Henry quién ahora tendría el control de la situación, ya que era el más cercano. Este se levanto y camino hasta la entrada del cuarto desapareciendo tras la puerta. Mi celular indicó un nuevo mensaje

'¿Quién eres?'

Mire a Mark, este me suplicaba con la mirada, luego la observe a Sarah, ella solo veía a la ventana, sin ninguna expresión en su rostro, sabia que no diría nada, y que la charla anterior terminaría ahí, sin ninguna respuesta de su parte, como siempre.

Life Under Lies ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora