El sonido de la alarma en mi celular me despertó la mañana siguiente, abrí los ojos lentamente con una sonrisa en el rostro, ese día iría junto a Henry a la clínica y se sentía fenomenal.
Me levante de la cama con todas las fuerzas que tenía y camine hasta el baño, lave mi rostro y cepille mis dientes. La alegría que sentía en ese momento no la podía comparar con nada, mis ojos brillaban como nunca antes y no podía borrar la sonrisa de mis labios
Henry había hecho mi sueño realidad, me libero de los Anderson para luego traerme a Dublín y ahora me llevaría a la clínica. Todo comenzaba a resurgir de la forma en la que me lo prometió en un momento y eso hacía que me sintiera capaz de muchas cosas
Volví a mirarme en el espejo cepillando mi cabello, noté los dijes que Erwin me había regalado y sonreí, todo fue lindo en ese momento y volvería a serlo ahora, tendría que pedirle disculpas por lo del día anterior, y era lo que haría al regresar de la clínica, no había sido de la mejor manera aquella charla y quería recompensarlo.
Henry golpeó la puerta de mi habitación cuando ya estaba lista
—¡voy!— grite mientras agarraba el móvil y salía. El hombre me recibió con una sonrisa
—¿estás lista? —asentí y me abrazo
Cuando subimos a su coche lo primero que hice fue prender la radio haciendo presente una canción de Ed Sheeran, Henry hizo una mueca de asco mientras que yo comenzaba a cantar haciéndolo reír. Y así continuamos todo el viaje, mientras yo cantaba el se disgustaba y luego reía pareciendo un círculo vicioso.
—¿comenzaras la facultad?— asentí sonriente
—claro, ya estoy inscripta ¿no?— el también asintió —entonces es lo que voy a hacer el mes que viene— Henry sonrió y volvió a mirar al frente. Quería congelar ese momento en una foto y revivirlo todo el tiempo, Henry conduciendo junto a mí y teniendo una charla normal, quería que todos los momentos fueran así de ahora en más.
Al bajar del vehículo mi celular sonó y lo ignore, ni siquiera me fije el remitente de la llamada, lo apague y guarde en el bolsillo del Jean.
Camine junto a Henry hasta la entrada de la clínica, una enfermera nos vio entrar y sonrío
—Lis, bienvenida— me saludo simpáticamente, le sonreí devuelta
—hola, gracias, ¿llegamos a horario no es así? — la chica asintió haciéndome recordar quién era
—pero antes de entrar necesito que veas unos papeles— asentí sabiendo de que se trataba, la enfermera con la cual había tenido ya contacto una vez saco de detrás de un mostrador, un sobre color madera y me lo tendió
Al agarrarlo y abrirlo lo ojeé, notando que eran los resultados del ADN con Mark. Henry tocó mi hombro y lo mire, el hombre me consoló con una sonrisa e hice lo mismo haciendo que se despreocupara.
—bien, vamos— habló la enfermera y la seguí
Cuando salimos de la clínica y subimos al vehículo volví a prender mi celular
—¿que quieres comer?— preguntó Henry al subir
—mmmh, cualquier cosa me vendría bien, muero de hambre— él sonrió al escucharme y puso el auto en marcha.
Cuando mi móvil logró prenderse noté que tenía dos llamadas perdidas y un mensaje de un número desconocido
"Tengo información que puede interesarle a tus amigos del FBI acerca de Marshall"
Mi corazón se aceleró, y mi respiración comenzaba a entrecortarse
Henry me miró con su sonrisa peculiar —entonces iremos al McDonalds — dijo y su sonrisa se esfumó cuando notó mi expresión —¿qué pasa Lis? — tragué saliva
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Life Under Lies ©
Teen FictionCuando estás en la época en la que tu inocencia ocupa un cien por ciento de tu personalidad, siempre habrá quienes quieran aprovecharse de eso, o intentar cambiar nuestros puntos de vista a su favor. Y es por eso que ellos lograron secuestrarla, da...