TEMA:
Afinidad.
PREMISA:
A pesar de las diferencias de pensamiento, ideologías, caracteres y cultura, siempre habrá una persona afín con el cual se comparte una semejanza.
SINOPSIS:
A pocos meses del Skripach-Virtuoz, Al...
NOTA: Esta es la segunda parte del noveno capítulo. Les anexo las canciones que se utilizaron para amenizarles la lectura. Además, en lo que va del capítulo habrá una fuerte competencia musical. Sus comentarios son importantes para mí. ¡Disfrutenlo!
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IX. Dúo enemigo.
Parte 2.
[Moscú, Rusia]
En el Alexander Garden, bajo los relucientes rayos del sol, paseaba una pareja en particular tomados de la mano y observando la naturaleza rusa que los rodeaba. Los árboles, las flores, el césped recién rociado, las personas caminar tranquilamente, el cantar de las aves y el chirriar del agua de las fuentes, mantenían ocupados a la pareja en una perfecta escena. La cabellera larga, lacia y oscura de la mujer se movía libremente con el viento ruso y era ligeramente bañado por el salpicar del agua de las fuentes. Su pareja parecía disfrutar de verla sonreír mientras ella corría de un lado a otro —y arrastrándolo con ella—, haciendo tambalear aquel estuche de violín rosa con blanco que llevaba en la espalda, viendo las figuras que adornaban aquel parque sobre las aguas. Aquella pareja había llegado a Moscú hace ya algunas horas para inscribirse en el concurso internacional de violín en compañía de piano <<Skripach-Virtuoz>>, con la fe de triunfar en ese diciembre.
—Mira eso, Donghae —gritó Dayanne, en inglés, señalando una de las tantas esculturas—. Es hermoso. ¿Sabes?, nunca había estado en Moscú. Realmente es muy bello.
—Sí que lo es, amor —respondió Donghae y dejó relucir una bella sonrisa de comodidad; se sentía bien en ese momento a pesar de estar pisando tierras extrañas—. Yo tampoco había tenido la oportunidad de venir.
— ¿Crees que David aún demore? Se está perdiendo de todo lo hermoso que hay aquí —exclamó Dayanne, echando un ligero vistazo hacia el cielo, encontrándose con las ramas de los árboles llenas de hojas. Luego, fijó su mirar en su esposo—. Pienso que debimos haber venido otro día.
—No creo que demore, podemos esperarlo —dijo Donghae, brindándole una sonrisa a su amada con el arquear de sus ojos. Él, miró hacia su lado izquierdo y se percató de un objeto que era iluminado por un rayo de sol que se colaba entre las ramas de un magno árbol, del cual, caían algunas hojas que danzaban en el viento—. Podemos pasar el tiempo allí.
Donghae señaló el lugar, aquel maravilloso objeto bajo el árbol y Dayanne giró su mirada hacía allá, maravillándose al instante y dejando salir una enorme sonrisa. Ambos, se tomaron de la mano y se dirigieron hacia aquel objeto. Casi para llegar, fue Dayanne quien no evitó dejar salir un pequeño grito de entusiasmo. Su corazón se estremeció y comenzó a latir con mayor fuerza, queriendo salir de un solo brinco de su delicado pecho. Sus ojos mexicanos fueron testigos de una escena encantadora: un piano vertical blanco puro sin marca bajo un enorme árbol de hojas danzantes y siendo iluminado por los relucientes rayos del sol ruso, haciendo una perfecta imagen. La mujer apretó la mano de su esposo y éste, no protestó. Pronto, ambos se encontraban corriendo hacia el maravilloso piano.
