TEMA:
Afinidad.
PREMISA:
A pesar de las diferencias de pensamiento, ideologías, caracteres y cultura, siempre habrá una persona afín con el cual se comparte una semejanza.
SINOPSIS:
A pocos meses del Skripach-Virtuoz, Al...
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XI. SIEMPRE CONTIGO
XI.IV. Una sorpresa para Youngjae; una noche luminosa.
Youngjae alertó todos sus sentidos, se irguió y asintió. A un paso lento, aparentemente temeroso y desconfiado, se acercó hacia la violinista latina con la intención de ir hacia el piano que estaba a un lado de ella. Alma no evitó reír; su compañero parecía un gato asustadizo. Él, llegó hacia el piano y, con una delicadeza, recorrió el banco y se sentó en él. Alzó la tapa y desnudó las teclas quitándoles aquella tela que las cobijaba. Alma, como toda una niña, se acercó con sigilo hacia su compañero, a sus espaldas. Con las manos escondidas en la espalda y, estando a poco centímetros de Youngjae, se inclinó hacia delante y en su oreja le susurró: <<Hazlo bien>>.
Youngjae sintió como un escalofrío le recorrió cada centímetro de su piel, erizándola al instante, alertando todos sus sentidos. Los cabellos se le pusieron en punta. ¿Por qué Alma era así? Tremendo susto le había sacado.
Alma no evitó sacar una carcajada que resonó por todo el salón de música. Le divertía aquello. Un par de lágrimas lograron salir de sus ojos, rodando por sus mejillas rápidamente, cayendo sobre la duela. Youngjae volteó a verla, desconcertado.
—Porque me divierte —le respondió sin pena alguna—. Deberías ver tu cara. Es muy graciosa.
Youngjae relució una mueca en sus labios. No, no le divertía. La violinista se dio cuenta de la incomodidad de su compañero por lo que decidió dar pie a la sorpresa. Sin perder el tiempo, Alma se dirigió hacia el escritorio, dejó sobre este a su Alexandra y su arco, y tomó su móvil. Youngjae la observó; creyó que hablaría con alguien por celular y mejor se volteó hacia el piano, dándole la espalda a la mujer. Él, comenzó a tocar levemente algunas notas en el piano.
La mujer aprovechó para escribir un mensaje en específico y lo envió. Una sonrisa relució en su rostro mostrando la luz que expedía su alma; sus ojos expidieron un brillo dorado y; su corazón volvió a latir al ritmo del violín.
<<Ya está —pensó la mujer. Pronto, giró la vista hacia su compañero quien parecía entretenido con el instrumento; lo tocaba pero, aquellas notas no conformaban una melodía en específico—. Espero que no demoren. >>
El teléfono móvil de Alma vibró sobre su mano. Un mensaje había llegado. <<Vaya que si son rápidos>>, pensó. Abrió aquel mensaje y lo leyó.
<<Ya estamos preparados. En un par de minutos>>
Aquel mensaje era de Jaebum, el líder del grupo al cual Youngjae pertenecía. Su corazón comenzó a danzar. Un par de minutos era mucho para ella; ya estaba preparada. Lista para la sorpresa. Miró a su compañero y se sonrió; esperaba que le gustara el detalle. Se dignó a escuchar la incoherente melodía que Youngjae tocaba y su cuerpo se estremeció.
