CAP XIII. NUEVOS CONOCIMIENTOS -PARTE 4-

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                            XIII. Nuevos Conocimientos.

                XIII.IV. Maksim Mrvica; 2CELLOS

[Sibenik, Croacia]

El clima era agradable y apacible para los turistas, aquellos músicos en busca de nuevos conocimientos. El día había comenzado con un sol brillante, iniciando con 18°C para así, aumentar conforme se hacía más tarde; la humedad aún podía sentirse en el aire a pesar de estar en pleno otoño, fundiéndose con el viento para convertirse en suaves y cálidas caricias para los moradores de aquel lugar.

                Sibenik, Croacia, se trataba de un puerto situado en la región de Dalmacia; ella, se trataba de una de las ciudades que destacaban por su belleza y por sus playas tranquilas. Aunque pequeña era, su historia era inmensa; también, destacaba por poseer calles estrechas y retorcidas... realmente llena de cultura y poco turismo en masas; y por poseer una de las catedrales más grandes y bellas del país.

                 Alexander, Alma y Youngjae tomaron un taxi que los llevaría, justamente, a la morada del pianista de mirada azul, Maksim Mrvica. En el trayecto tuvieron que cruzar por el centro de la ciudad y, Alma y Youngjae miraban a través de las ventanas del automóvil, maravillándose con los que sus ojos captaban. La arquitectura del lugar era simplemente, única. Alma se sintió extasiada, maravillada, al ver las calles estrellas con callejones; algo de allí le recordaba, aunque sea un poquito, a su tan adorado Guanajuato. También, recordó uno de los tantos escritos del Libro Negro de Giovanni Papini llamado <<La Universidad del Homicidio>>, el cual se desarrollaba en Tánger, Marruecos... quizá no tenía mucho que ver pero, la arquitectura era un poco parecida; o al menos, así lo percibió la violinista.

                     Ah, pero no solo fue la arquitectura que la maravilló. También, la vista que lograba verse en uno de los puntos más altos de la ciudad era algo de admirar pues, ésta dejaba al espectador con un buen escenario dibujado en su mente. El idioma, no se hizo esperar para cautivar a la caótica violinista quien, siempre se había sentido atraída por aprender varios idiomas. Por un momento, ella pensó en pedirle a Maksim —su amor platónico— que le enseñara a hablar aquel idioma.

                   En cambio Youngjae comenzó a enumerar sin fin, todo lo que le parecía atractivo de aquel lugar.

                    Cuando ya habían llegado a la supuesta casa del pianista croata, Alma fue la primera en bajar asombrándose al instante; después, el que bajó fue Alexander seguido de Youngjae. Alexander se había ocupado de pagar el viaje y de bajar el equipaje mientras los dos jóvenes músicos observaban, estupefactos, la casa de su próximo mentor.

                   —Bien, hemos llegado —exclamó Alexander una vez que terminó de bajar el equipaje—. No tarda en abrirnos... ¡Yey!, ¿qué demonios les está pasando? ¿Qué nunca han visto una casa así? ¡Por dios!

A MI MANERA: EL TRÍO ÉPICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora