Las invitaciones habían sido enviadas, estas estaban hechas de un material bastante caro y eso se reconocía a simple vista, un mensaje un poco cursi en letra cursiva de color dorado estaba escrito y luego decía.
"Acompañen a Christopher Gosselt y Vanessa Hendriks en su gran día "
Martijn y Julian estaban de gira, pero aún así las invitaciones llegaron a su destino.
—¿Por qué ella nos invitaría? — pregunto Julian mirando la invitación.
—No fue ella. — comento Martijn tirando la invitación en el sillón. — fue el imbécil de su novio.
Julian entonces entendió.
—¿Iremos? — pregunto dejando la invitación en la mesa.
—Claro que si. — respondió Martijn.
[..]
El día con el que Vanessa había soñado de pequeña, odiado de adolescente había llegado. Las personas entraban a la hermosa Hacienda propiedad ahora de Vanessa.
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Vanessa trago grueso mientras observaba a las personas entrar, algunos paparazzis se encontraban en las afueras ya que esto seria noticia pues incluso hasta el alcalde de París vendría a esta hermosa boda.
Vanessa se dio la vuelta y ahí estaba su abuela y su tía Julie ayudandola a ponerse el vestido y joyería. Que a decir verdad tenía muchas opciones puesto que la familia de Chris tenia demasiada reliquias y todo lo habían puesto a la disposición de Vanessa, siendo tanto así que el anillo que Chris le dio a ella el día de su compromiso era nada más y nada menos que de su tratará abuela.
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—Estás hermosa. — comento su abuela dándole el último toque a su peinado. — Tu mamá estaría orgullosa de ti.
Vanessa sonrió, las ganas de llorar se acercaban, pero. No podía darse el lujo de llorar, dañaría el maquillaje.
—Dios Vanessa, te ves preciosa.
Vanessa miro y Sonja se encontraba sonriente. Ella, era su dama de honor.
