#T2. La Mejor Decisión.

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—Sabemos que para todas es difícil hablar y contar sus historias, pero todas hemos pasado algo parecido y al hablar nos quitamos un peso de encima. — hablo Marie, la jefa del grupo de apoyo. — ¿Quieres comentar tu Vanessa?

Todas las mujeres me miraron y suspire armandome de valor para contar mi historia de abuso.

—Él era demasiado encantador. — dije agachando la cabeza, recordando como nos habíamos conocidos. — Me juro amor eterno delante de Dios.— hice una pausa. — A Christopher no le gustaba verme con otros chicos, y aunque mis intenciones nunca fueron más allá de una simple amistad, él no pensó que fuera así. 

Levante un poco la vista y todas las chicas que estaban ahí me miraban, prestandome la atención que necesitaba para desahogar todo.

—Siempre fui muy rebelde e independiente, pero cuando me golpeó por primera vez mi autoestima se derrumbó.

—Eso es lo que persona como él quieren, que perdamos nuestra autoestima y dignidad. — acotó Marie.

—Me mando al hospital varias veces. — murmure y todas ahogaron un chillido. — Todas con riesgo eminente de muerte, pero no me di cuenta de que me estaba destruyendo hasta que por su culpa perdí a mi bebé.

Todas me miraron con compasión y eso me hacía sentir peor, pues sabia que si me hubiera alejado de él a tiempo, mi bebé estaría vivo.

—Ese día habíamos discutido porque no le gustaba como había quedado la comida. — dije. — Pero luego comenzó a reprocharme tonterías, diciendo de que lo había engañado con uno de mis amigos. — murmure llena de pena.

— Luego de eso me golpeó, no me dolió tanto, pero tomo un cuchillo. Él sabia que estaba embarazada, por eso volví con él, para criar a mi bebé con un padre presente y juntos formar una familia estable. —las lágrimas habían comenzado a salir de mis ojos. — Me hizo un corte en el vientre, asustada comencé a llorar, tome lo primero que vi y lo estrelle en su rostro, haciendo que perdiera la conciencia.

Me mordi la lengua, porque aún me dolía demasiado pensar y hablar sobre todo eso.

—Llegue casi arrastras al hospital, estaba derramando demasiada sangre, pensé que no llegaría a tiempo. — murmure, secando las lágrimas que estaban en mi mejillas. — Lo denuncie y ahora está siendo buscado, pero desde que me dieron de alta tengo miedo de que regrese,  porque si regresa será para matarme y esta vez no podre salvarme. 

[...] 

La terapia termino y tome mis cosas, salí fuera del edificio y tome el autobús para ir a mi trabajo.  Trabajar en emergencias era lo mejor que pude hacer, no me dejaba tiempo para pensar y mientras menos pensará era lo mejor.

Estuve toda la tarde trabajando en emergencias, para ser una doctora nueva ya me querían bastante.  Mi turno terminaba a las 9 de la noche y justo cuando estaba por irme llego un paciente mal herido.

—Joven de 28 años, herida de bala en la pierna derecha y en el hombro izquierdo.

Ni siquiera mire su rostro, pues al mirar su pierna sabia que corría el riesgo de amputación, debido a la sangre y el color de esta.

Comencé a ordenar que le hicieran unos exámenes, mientras me concentraba en sacar las balas.

—¿Como te metiste en esto vaquero? — pregunte.

—Me dispararon de espaldas.

Todo mi mundo se detuvo, aquella voz. Levante mi rostro y juro que me puse de todos los colores al ver a Christopher ahí. No lo podía creer, el odio era tal que enterre mi dedo en el hueco donde antes estaba la bala, como era de esperarse él chilló y comenzó a llorar.

Termine de sacarle las balas y mientras esperaba los resultados lo miraba.

—Por tu culpa perdí a mi bebé.

Él trago grueso, pero aunque quisiera no podía volver a perdonarlo, esta vez no.

—Mientras te cuidan aquí prepararé los papeles de divorcio. — dije levantándome.

—En serio Vanessa, no se que hice.

—¿Que hiciste? — pregunte. — Este es el colmo del cinismo.

Christopher me miró y agachó su cabeza.

—Te convertiste en un monstruo y mataste a tu hijo, eso fue lo que hiciste.

Salí de la habitación, antes de que comenzará a llorar, no era posible. Corrí hasta el baño y comencé a llorar, me sentía mal demasiado mal, no podía creer que lo tenia al frente de mi y parecía tan tranquilo como si jamás me hubiera hecho algo.

Cuando salí tome mi teléfono y marque a la policía, conocía a un amigo así que llegaron en seguida.

Les explique todo el asunto de la denuncia que le había puesto y todo lo relacionado con las leyes y trámites. Ellos entraron a la habitación donde él estaba y lo arrestaron.

Tenían pruebas para arrestarlo, además de la denuncia que yo había colocado que estaba siendo investigada. 

Pensé que era lo correcto y en verdad lo era, me había quitado un peso de encima, me sentía por fin en clama, por fin segura.

—El estará en prisión un buen rato. — comento Will mirándome. — A ellos no les gusta los hombres que le pegan a las mujeres, se convertirá en la puta de todos. 

Sonreí un poco, pues no estaría mal que Christopher se llevará una cucharada de su propia medicina.

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Gold Skies. |Martin Garrix and Julian Jordan| TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora