Treinta y seis.

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Camila Pov*

Luego de las fotos, las preguntas y las alabanzas por la puesta del evento, las chicas no dejaban de decir que parte del trabajo pesado había sido por mí, así que cuando nos dirigimos a la fiesta privada de la marca muchas personas se acercaban a las tres mujeres que estaban conmigo porque claramente son mis jefas pero ninguna de ellas los miraban. Podía escuchar cosas como "Eres la novia de Lauren Jauregui?" ¿Qué se necesita para ser una de ellas? O inclusive "¿La señorita Jauregui es buena en la cama?". Yo estaba muerta de vergüenza. Quería salir corriendo pero el agarre que Lauren tenía sobre mí no me lo permitía

- Señorita Cabello. Por esas preguntas es que ignoramos a la gente idiota. – Me susurró en el oído suavemente mientras nos atacaban los flashes – Por eso tenemos reputación de perras intocables. ¿Cree usted que lo somos?

- Está esperando una respuesta sincera, señorita Jauregui? –no supe de donde saque la valentía para decir esas palabras pero mis mejillas se sonrojaron.

- Así que lo cree usted, señorita. – esta vez su tono fue más ronco haciendo que mi piel se erizara y me pusiera más roja de lo que estaba. – Tendré que hacer que cambie de opinión. – Con eso se alejó y me dejó allí parada en medio de todos sonriendo como idiota mientras ahora las cámaras la seguían a ella.

Me distraje entre la multitud, cada vez era más tarde, cada segundo que pasaba solo le temía a lo que sucediera al entrar a casa y eso nadie podía evitarlo, estuve hablando con otras asistentes que conocía en la fiesta mientras más cámaras, modelos, famosos, fotógrafos, cantantes y demás se divertían en medio de la pista de baile.

- Disculpen. – Llegó verónica iglesias a donde yo estaba. – Lamento interrumpirlas señoritas pero – Se acercó a mi odio y susurró –"quiero ligar con esa chica" – para después sonreír y decir duro. – Lauren te está esperando en medio de la pista.

Al principio pensé que era una broma para alejarme de la chica, así que divague por unos minutos mientras veía a personas animadas bailando y gritando con 24k de Bruno Mars; hasta que realmente la vi en medio de la pista de baile con una hermosa sonrisa en su cara y me acerque a ella-

- Mucha tardanza señorita Cabello.

- Lo siento, pensé que era.- voltee a mirar a verónica y con eso Lauren entendió todo. – Lo siento.

- Ya está aquí – se acercó más a mí- pero no me gusta que me hagan esperar señorita, Cabello. Así que por la espera baile conmigo. – Se alejó un poco de mi para estirarme su mano por mi cadera aún mientras me miraba. Pensaba negarme en serio lo pensaba pero en solo segundos había olvidado que objetaría.

'Like i'm gonna lose you comenzó a sonar era como si en el momento en que tomo mi cintura todo el ambiente hubiera cambiado mientras bailábamos una parte de mí se sentía extraña pero la otra simplemente se sentía como en casa, así que decidí cerrar los ojos para disfrutar el momento aún pegada a su cuerpo. Paso delicados, suaves y lentos era lo que tuvimos, como si estuviéramos sincronizadas era como si hubiéramos practicado ello. Yo estaba en una burbuja que pronto sería reventada. Lauren era un ángel. Mi ángel, así no fuera realmente mía.

Cuando la canción acabo abrí los ojos para encontrarme con una ojiverde sonriente pero también con cámaras por todos lados. Así que tomo de mi mano y me arrastro afuera del lugar, una vez allí nos subimos a su auto .

- Toma esto.- Era un sobre de manila, cerrado pero con mi nombre delicadamente escrito.

- ¿Qué es? – Intente abrirlo pero me lo impidió

- Solo cuando estés en casa, y piensa si quieres hacerlo. – Mi cerebro quería explotar ¿Hacer qué? ¿Por qué? ¿Qué era? ¿Era un mensaje que se iba a autodestruir apenas lo terminara de leer? ¿Qué pasaba si me negaba? – Muchas más preguntas aparecieron por mi mente mientras Lauren se dirigía hacia el otro extremo de la ciudad.

Desastre Natural -CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora