Harry Potter ↑ One Shots ▲Editando▲

▲ 007 ▲ Weasley George

— ¡Te voy a golpear Weasley!—exclamó la chica, la cual tenía los ojos cubiertos con las manos de el pelirrojo por lo que no lograba ver nada

— ¡No puedes decir eso si no has visto aún tu sorpresa de cumpleaños!

— bueno, pero ya llevamos un rato subiendo las escaleras y yo odio las alturas, conclusión: me quieres matar o algo —respondió intentando sacarse las manos de el chico de sus ojos pero el intento fue en vano 

— Bien, si no te gusta tu sorpresa, puedes golpearme

— no me convence 

— Esta bien...si no te agrada, accederé a hacer lo que tú me ordenes

— Eso suena mejor, trato hecho —dijo al saber que lo más probable fuera que odiara la "sorpresa"

—Pero si te gusta, harás lo que yo diga

— ¡Ni de loca!

— ya dijiste "Trato hecho" no hay devoluciones— ella abrió la boca dispuesta a protestar pero George se detuvo —llegamos ¿Estas lista?

— Uhm...No

— Bueno.—añadió quitando sus manos de la cara de la joven

— ¡Te dije que no maldita sea!—él soltó una risa —espera...—guardó silencio al notar que estaba en la torre de astronomía —¡Te dije que odio las alturas joder!

— Si pero este no es tu regalo —se acercó a ella, quien estaba muriendo de miedo y ni siquiera se movió de su lugar — Aquí podía darte tu regalo sin que huyeras

—¡Pues dámelo y salgamos de aquí de una buena vez!

— correcto —hizo un ademán con la mano y tomó a la castaña de la cintura para luego plantarle un beso.

Ella en primera no reaccionó, su cerebro no estaba como para asimilar toda la información de una vez, pero fue cuestión de segundos antes de que sin que siquiera se diera cuenta estuviera siguiendo el beso.

Y es que no le importó el estar a una gran altura, al igual que lo hizo con el oxigeno. Llevaban algunos minutos en aquel beso y no planeaban separarse, aunque se tuvieran que desmayar por falta de aire.

Después de unos minutos que bien pudieron haber sido horas ambos se separaron y tomaron aire. La muchacha hubiera podido competir contra el tomate más rojo de acuerdo con el color.

—y...¿Te gustó tu regalo?—preguntó burlón

—No tienes idea de cuanto— contestó sin pensar, para luego desviar su mirada

— Te gusto el presente, tendrás que decir si a todo lo que te diga

— Pff...es cierto.

— Pues te ordeno que aceptes mis sentimientos

—¿Que?

— seré más claro, te exigo que seas mi novia 

— no puedo decir que no a nada de lo que me digas— se excusó para volver a besarle

—¿Y que ocurrió con tu miedo?—interrogó sin soltar la cintura de Jax

—No lo sé —sonrió— ¿Así se siente tener miedo?

—No lo sé

—Si es así, quisiera tener miedo siempre —dijo riendo

—el miedo es gracioso