Harry Potter ↑ One Shots ▲Editando▲

▲ 009 ▲ Weasley Fred

Este Momento.

Ella era una chica alegre, pero ahora no se encontraba muy bien, tan solo iba a clases y volvía a su habitación, casi siempre estaba llorando, comía muy poco y de vez en cuando, se concentraba muy poco en las diferentes materias, ya no salía con sus amigos, ya no le atraía hacer cosas que le gustaban, dormía hasta altas horas de la madrugada, estaba cansada constantemente, se culpaba por lo que le había pasado a su hermano, se odiaba a si misma, se sentía inútil, siempre le dolía la cabeza.

Muchos de los estudiantes más inteligentes, e incluso una chica hija de padres muggles los cuales son médicos, dijeron que la chica había caído en depresión.

La chica les dijo a sus amigos que podía tratarse de una "Depresión Mayor" que duraba semanas e incluso meses, pero Margaret llevaba ya casi un año así de triste, por lo que ella les dijo que podía ser un trastorno depresivo persistente que dura 2 años y casos extremos mucho más.

Ellos se preocuparon, sin embargo no sabían que hacer, excepto Fred, que no se rendiría tan fácil, mientras todos estaban lamentándose por el estado de la chica, él subió a la habitación donde se encontraba, toco la puerta y pasó, todas las cortinas evitaban que entrara la luz y ella estaba recostada en su cama, mirando a la nada.

—Hola—saludó el pelirrojo, con una sonrisa sorprendente-mente forzada, la chica ni se limitó a responder.

Tantas cosas que tenemos que desaprender,

Comenzar de nuevo decidir creer.

Él suspiró.

 —Puede sonar cruel, pero ya ah pasado bastante tiempo ¿No?—ella se giró a verlo con una mirada llena de tristeza—hey...Margaret, deberías pensar...No puedes estar así para siempre, es decir, se que duele, pero a nosotros nos estas haciendo el doble de daño al estar así

Tantas guerras fui buscando paz, y lo encuentro en lo que tú me das.

—¿Como esta Harry?—preguntó por primera vez la castaña con un tono frió

—Lo superó un poco, pero no puede evitar sentirse culpable cada que hablan de ti, cree que pudo haberlo evitado

—No fue su culpa

—Tampoco la tuya—manifestó mirándola a los ojos, ella se lanzó a abrazarlo para luego soltarse a llorar en su hombro

Hoy tus brazos me sostienen antes de caer,

si antes de llegar a ti me tuve que perder y cuantas vueltas di

A punto de volverme loco...

—¡No sabes cuanto me ah dolido!—exclamó sin dejar de abrazarlo, mientras sus lagrimas caían por sus mejillas—¡Si no lo hubiera dejado poner su nombre!...—sollozó—Llore tantas veces hasta quedarme dormida...—el pelirrojo solo se dedicó abrazarla mientras ella seguía llorando.

Pasaron cerca de unos 30 largos minutos hasta que ella se separó y limpió sus lagrimas.

—Gracias...yo...necesitaba desahogarme con alguien

—Lo que sea con tal de que regreses, las bromas no son lo mismo sin que tú estés ahí para regañarme—la joven sonrió, por primera vez en mucho tiempo

Me sanaste poco a poco, 

tu voz...apaga mi silencio y mi contradicción 

y por favor, no des ni un paso afuera de mi corazón.

—Eh extrañado asustarte constantemente...y...decir mentiras para poder robarte besos, como la vez que te besé como por 3 minutos y dije que Filch me perseguía y que te había besado solo para que no me viera—la de ojos color olivo se sorprendió por la confesión del chico—Ok, no planeaba revelar eso—se apresuró a decir completamente ruborizado, Margaret soltó una risita

Que por ti la eternidad se ah vuelto este momento,

Hay demonios que al fin pude desaparecer,

Por que vi en tus ojos lo que quiero ser.

—Extrañaba tu risa—ella lo miró con una sonrisa—y también que me salvaras de los castigos, tanto de parte de los profesores como de parte de mi madre

—Y aunque te di la espalda, me viniste a visitar constantemente

—Si, bueno...

—Gracias por eso

Si te tengo no hace falta más, ya no hay nada que buscar atrás

Eres el presente y donde quiero estar,

Si tuve que pisar el bando y al infierno ir fue para aprender...

—Ayer fuimos a Hogsmeade, te traje algunos dulces—añadió entregándole algunas ranas de chocolate, varitas de regaliz, plumas de azúcar y sapos de menta.

—Son demasiados dulces

—Tendrás que compartirlos conmigo

—¡Nunca! ¡Son míos!—exclamó riendo

Me enseñaste la salida, regresandome la vida

—Tendré que quitártelos entonces—declaró acercándose a ella, sin embargo no tenía intención alguna de arrebatarle los dulces

—No-No, ya dije so-son míos—pronunció nerviosa debido a la cercanía de el chico, pero no se apartó, solo se quedó mirando sus labios

Fred no se pudo controlar más y se estrelló contra los labios de la muchacha, quien le correspondió sin pensarlo.

Por que el cielo entero cabe en este sentimiento

Y lo que buscaba fuera lo eh encontrado dentro

Que por ti la eternidad se ah vuelto este momento.