En cuanto llegamos, entre todos los hombres para descargar, estaba Jost que me sonrió de medio lado el muy hijo de puta. Le sonreí de igual manera y le tiré la caja a mala hostia sobre los brazos.
- Tranquilo. - tubo los huevos de decirme.
- ¿Por que tendría que estar nervioso según tu?
- Pues... no se. Solo que se te ve alterado. Tal vez necesitas más tiempo libre, ¿no crees?
- Y tu estas dispuesto a dármelo, ¿verdad?
- Jost. - el Cabeza se puso a mi lado. - ¿Ocurre algo?
- Nada, jefe. Solo estaba aconsejando a Cross que debería descansar un poco más. - se dio la vuelta y se fue con la caja.
- ¿Algún problema? - me pregunto esta vez a mi.
- Nada, Cabeza. Todo bien.
- Bien. Dejamos que descarguen y... me invitas a un café.
- Claro.
Jost me echó una última mirada. La verdad es que me apetecía putearlo para que se entere de una puta vez con quien se está metiendo, pero por otra parte, no quería montar escenas ni hacer problemas en la comunidad.
Camine con el Cabeza hablando sobre las casas terminadas, como habían quedado y lo contentos que estaban todos. Lleguemos a mi casa, joder, que raro me sigue pareciendo el simple hecho de nombrar "mi casa", pasemos y se sentó en la mesa. Sara todavía estaba durmiendo, era pronto para ella pero no tardaría en despertarse, porque al mínimo ruido lo hace. Me puse a preparar el café y también un vaso de leche con chocolate para cuando Sara se despertara.
- ¿Tomas... chocolate?
- No. Es para Sara. No creo que tarde en despertarse en cuanto nos oiga.
- La conoces bien, ¿verdad? Quiero decir, sus manías y esas cosas.
- Pues si. - dije poniendo los tres vasos en la mesa y me senté enfrente de él. - Ya sabia sus manías y eso de antes, pero ahora la estoy conociendo mejor.
- ¿Por qué crees que no quiere tocar sus juguetes? Cualquier niño lo haría.
- Sí, pero Sara no es cualquier niño, eso deberías saberlo. - bebí de mi café mientras él daba vueltas todavía al suyo. - No lleva veneno. - sonrió de medio lado.
- Lo se. No es eso, solo pensaba.
- Hujum. - a veces me intrigaba tanto en qué pensaba tanto que me mordía la lengua para no preguntarle, pero tenía tantas dudas y cosas que quería descubrir últimamente que no pude. - ¿En qué?
- En Sara. En mi hijo. En ti. - vaya. - Sé que será un poco locura todo esto, pero sé que saldrá bien.
- Me dijo que su hijo no sabia que tu eres su padre, ¿no?
- No. O eso creo. Hace muchos años que no me ve. Supongo que no lo sabe porque alguna vez me lo cruce por la calle y ni siquiera me miró. Pero no sabría decirte, la verdad. Puede que solo finge.
- Entiendo. ¿Pero cuando venga... tendrás que decírselo?
- Humm. Si. Eso es lo más duro. Pero tu no le digas nada, déjame hacerlo yo, a mi ritmo y cuando vea conveniente.
- Esta bien. No soy quien para meterme en sus problemas. Pero le va a ser muy raro entrar aquí sin mas, sin un motivo y sin razón. Mucho menos si no ha hecho nada. ¿Cuantos años tienes, si puedo preguntar?
- Pues... creo que es de tu edad, si no me equivoco. - dijo acomodándose en la silla. - Y me atrevería a pedirte algo mas. No quiero que... se involucre... con nadie de aquí. No se si me entiendes.
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Cross.
FanfictionContenido adulto +18 TWC-NR - Cuando la vida es difícil, tienes que buscar la manera de sobrevivir. Esta es la historia de una comunidad en la que los robos, atracos y asaltos es la forma de vida. Su única sa...