Cap 17.

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Cuando salí de la ducha el Cabeza ya no estaba y parecía que Tom estaba cocinando algo porque olía bastante bien. Ya era tarde así que, no me arregle mucho, cogí una camiseta negra de manga larga que tenía y unos pantalones de hace un par de años, un poco anchos para mi gusto pero bueno, total no pensaba salir hoy. Con lo que había pasado la gente estaba calmada por el susto así que suponía que no habría más problemas. No me maquille, ni siquiera me peine. Llevaba el pelo mojado caído hacia un lado. Normalmente con ayuda de laca y eso me lo hago estilo tupé o si no tengo ganas, me lo peino hacia atrás, pero ahora me daba igual. Lo deje tal como salí de la ducha.

Una de las manías que tenía, es que si llevaba manga larga, esta me tenia que cubrir las manos. No se, cosas raras mías. Cruce mis brazos y me acerque para ver que hacía Tom. Lo tenía decidido. No pensaba forzar nada, pero estaba dispuesto a probar eso que él quisiera conmigo. Así que lo primero que tenía que hacer era controlar mis arranques de mala hostia.

- ¿Que haces? - me puse a su lado y mire todo lo que hacía y movía. Incline mi cabeza para ver su cara. No sabía si estaba enfadado por haber pillado que escuche todo tras la puerta.

- Pues pasta. Algo suave para tu estomago. Llevas todo el día vomitando y si tienes dolor después del pisotón del cabrón ese, te sentará mejor.

- Tiene buena pinta.

- Gracias. - al fin me miró. - No llevas maquillaje.

- No. No pienso salir de casa.

- Te ves... diferente.

- Ya se que sin maquillaje soy...

- Bonito. - me corto y yo me quede con la boca abierta. - Sigues siendo bonito, incluso más. A todo esto, ya no me llamas así. - dijo volviendo a los espaguetis.

- No querías que te llamara así, ¿ahora lo echas de menos? - me senté en la silla que quedaba más cerca de él, girándola un poco y apoye el codo en ella para dejar caer mi cabeza en mi mano.

- No, ya te dije que te pega mas a ti. ¿Te puedo llamar así?

- Ni de coña. - le conteste rápidamente y él rió.

- Vale, lo pillo. Cross. - dijo con burla.

- En casa puedes llamarme por mi nombre. Oye... en casa de tu padre, hable con él de Sara.

- ¿A si? ¿Y que te dijo?

- Me confirmó que era su hija.

- Hujum. - ¿y ya está? Le estaba aclarando la duda que tenia de si lo era o no.

- ¿Hujum? ¿Eso es todo lo que me vas a decir?

Me ignoró de nuevo. Resople calmándome para no gritarle cuatro cosas. Me era difícil joder, no lo entendía, era raro de cojones. Esperaba un "¿en serio?" o yo que sé, más alegría, coño. No un puto "hujum".

Puso la mesa, me fui a levantar para ayudarle pero no me dejo. Pues que bien, tenía mayordomo por esta noche. La verdad es que los espaguetis olían de puta madre, pero apenas tenía hambre y lo mas seguro es que volviera a echar todo lo que entrara por mi boca.

Cuando se sentó, lleno mi vaso de agua e hizo lo mismo con el suyo. Imaginaba que Sara ya pasaría la noche con Sheila, si es que no me echaba de menos y le hacía traerla.

Empezamos a comer en silencio, un silencio incomodo porque yo esperaba que me dijera algo más sobre lo que le había dicho pero él parecía estar más interesado en los espaguetis.

Alzó la mirada y me vio que le miraba con la ceja alzada.

- ¿Que he dicho ahora? - dijo con la boca llena.

Cross.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora