Cap 35.

940 147 101
                                    

Aviso: no apto para sensibles. Casi lloro escribiendo. Esperó que olvidando la parte mala de este cap, os guste lo demás. 

Y mil perdones por causar mini infartos en el cap anterior.

-------------

No entendía como. Ni siquiera se  me había pasado por la cabeza que mi padre se pudiera dar cuenta y entrara en casa antes que nosotros. Pero así era y nos había cogido.

No se ni lo que se me pasó por la cabeza en ese momento. Solo podía verlo frente a mí, con la pistola. Nosotros ni siquiera  íbamos armadas. Íbamos a cogerlas ahora de la habitación, de donde las teníamos escondidas.

Solo sentí miedo por Tom. Me daba igual lo que a mí me pasara, que me matara si quería. Pero a Tom no.

- Mátame a mi si quieres pero déjale ir. Papa...

Pensé que tal vez, por estúpido que fuera, llamarle así le haría pensar. Pero no. Y solo sentí un profundo asco al llamarle así.

No sé que dijo. No le escuché, no podía.

Solo escuche la última frase y después de apuntarme, un disparo.

- ¡¡No!! ¡¡Bill!! - sentí los brazos de Tom rodearme.

Mi padre sonreía de lado a lado. Abrí los ojos, esperando esa maldita bala, pero... no llegó.

- Bill. No. No. - no la sentí. No me dolía nada. ¿Tan rápido era?¿Tan rápido se siente cuando te disparaban? ¿Ni siquiera se sentía dolor?

- Tom...

Mi padre se desplomó ante nuestros ojos. Cayó al suelo haciendo un ruido sordo y retorciéndose. No entendía nada.

Rápidamente toqué mi cuerpo. Tom me miraba igual de confundido que yo. No tenía nada, no toqué sangre, no me sentía mal. Estaba bien.

- ¿Estas bien? Joder.

- Si. Si pero... como... - volví a mirar a ese hijo de puta. Todavía estaba vivo. Sufriendo. No me dio ni la mínima pena. No sentí nada por él a pesar de verlo así.

Del baño apareció una sombra. Alguien estaba ahí.

- Papa...

- Cabeza... - dijimos a la vez.

- ¿Estáis bien? No pensaba irme a dormir tan tranquilo. ¿Estáis locos? - dijo andando hacia nosotros. - Si no vengo, no lo contáis.

- Fabián... - no pude contener las lágrimas.

En ese momento todo lo que había guardado durante la noche, el miedo, los nervios, todo, salió en forma de lágrimas. De nuevo me salvaban la vida. De nuevo el Cabeza lo hacía y todavía más. Había matado a mi padre. Se apartó de mí y abrazó a Tom.

Pero, qué equivocado estaba al pensar que todo terminaba ahí. Hubiera sido demasiado fácil.

- Tu... te vienes conmigo, cabrón.

Se escuchó otro disparo después de que mi padre hablara y ví como el Cabeza se desplomaba sobre Tom yéndose los dos al suelo.

- No. ¡No, papá! ¡Papá!

Me abalancé sobre mi padre. Le golpee tanto como pude. Dándole patadas y luego tirándome sobre él descargando toda mi rabia a puñetazos en su cara.

No podía hacer esto. No podía quitarnos al Cabeza.

No tenía que pasar nada. No tenía que haber salido así. Este no era el plan. El Cabeza no. El padre de Tom no.

Cross.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora