Cap 22.

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Me vestí dándome el gusto de arreglarme más que otras veces, ya que por lo que dijo el Cabeza, el lugar lo requería. Así que me vestí de negro, como siempre, pero poniéndome todas las cadenas y accesorios que pude, la mitad de mis collares eran de mi madre. Me pinte las uñas y me maquille los ojos un poco más de lo normal, perfilándolos y haciéndolos un poco más afilados. Mis pantalones tenían varias cremalleras por todos los lados y para que mi camiseta negra no se viera tan sosa, me puse un chaleco vaquero. Un toque de color.

- ¿Cuánto te falta? Me estoy durmiendo.

- Impaciente. Ya voy. - grite desde el baño donde estaba terminando de peinarme.

- Si fueras tía, a lo que saliéramos de casa tendríamos que volver. - rodé los ojos por su comentario. Me miré una última vez en el espejo y salí.

- Ya estoy. 

- ¿Vas a una fiesta o algo así?- dijo sonriendo y mirándome de arriba abajo.

- Pues no tengo ni puta idea de dónde vamos, y además, tampoco voy tan arreglado. - si lo iba. Pero da igual, con tal de picarle llevándole la contraria. - Vamonos.

Salimos de casa y fuimos hasta las puertas de la comunidad. Conforme íbamos llegando, Marcus y el Chino entraban con un puto cochazo de la hostia.

- ¡¡Joder!! ¿Pero que...? ¿Ese es el coche que mi padre nos da? - Tom estaba flipando tanto como yo. Ni miré la marca que era, eso me la traía floja. Era una puta preciosidad, negro, brillante, grande, descapotable... ¡¡JO-DER!!

- ¡La madre que lo pario! - aceleremos el paso, creo que a los nos gusto bastante por la manera en la que nos miramos y corrimos hacia allí.

Lo mire por fuera, rodeándolo. Ni un rasguño, ni una mota de polvo. Nada, estaba nuevo. Impecable. Brillante, reluciente... Por dios. Si casi me corro del gusto. No podía cerrar la boca.

- ¿Que? Guapo, ¿eh? - mire a Marcus que estaba con pose chula. - No se donde cojones vais, pero sería una pena quemarlo después.

- ¡¡Este no se quema, imbécil!! Es mio.

- ¡¡Y mio!! - dijo Tom enseguida.

- Bueno si, de los dos. ¿De donde lo habéis sacado?

- Del concesionario. Pagado billete sobre billete.

- Ya me extrañaba a mi que fuera comprado y no robado.- dijo el Chino. - ¿Así que un regalo del Cabeza? Luego no quieres que hablemos, Cross... pero esto no es normal.

- Hablar lo que queráis. Pero el coche es nuestro. - le dijo Tom montándose en él y mirando todo por dentro.

- Tu cállate, que para ser el nuevo te tratan mejor que a nosotros.

- Marcus, ¿sabes que se está rifando una hostia y tienes todas las papeletas? - dije dando dos pasos hacia él. - ¡¡Largo!! Los dos, ¡fuera!

- Que lo paséis bien... parejita. - dijeron con recochineo y fastidiados, porque era así como estaban. Fastidiados por el coche. Pero ya podían dar las gracias porque lo han probado. No volverán a tocarlo.

Me monte en el coche e hice lo mismo que Tom, mirar cada rincón. Los asientos eran de cuero negro, la radio tenia pantalla táctil. Le di y empezó a sonar música a todo volumen, incluso el vídeo de esa canción se podía ver en esa pantalla.

- Joder... - dije mirándolo.

- Si, joder. Joder la pasta que le habrá costado. No se de donde cojones lo habrá sacado pero es caro este modelo. Es gama alta.

- Seguro alguna clase de acuerdo o algo. No se. ¿Que importa, coño? Es nuestro.

A mi no me importaba ahora mismo lo que había costado o como narices lo había conseguido. Era nuestro, ya esta. ¿Para qué darle más vueltas?

Cross.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora