Cap 12.

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Verlos ahí, tranquilos, jugando y riendo, me recordó una vez a mi pasado. Solo que Sara era yo y el trenzas mi madre.

Era como si estuviera viviéndolo en ese momento pero desde fuera. Podía verme allí, cubierto de agua y jabón y mama cantando y jugando conmigo. Feliz. Felices. Sonreí de lado ante el recuerdo, viéndolos, viéndome. Solo que no era mi madre, ni yo, y mi cabeza me jugó otra mala pasada.

Él me miraba sonriendo, me estaba sonriendo y yo también, se me puso un nudo extraño en el estómago y en ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo.

- ¿Piensas seguir sonriéndome o me pasas la toalla?

- No te estaba sonriendo a ti, creído. - cogí la toalla colgada tras la puerta y se la tire a la cara.

- Vaya humos por la mañana. ¿Ya no me vas a llamar bonito? - la cogió y espero mientras la bañera se vaciaba para secar a Sara mientras ella seguía jugando con la espuma que se iba por el desagüe.

- ¿Te gusta o que?

- La verdad es que no.

- Bien, pues entonces... Saca ya a Sara que me quiero duchar "bonito". Buenos días, princesa.

- Buenos días, Cross. - me contestó.

Si le jodía que le llamara así, pues así lo llamaría. Me fui del baño para ir a la habitación a coger ropa para darme una ducha en cuanto salieran. Rebusque un poco. Al final cogí un pantalón vaquero negro y rasgado y una camiseta negra que yo mismo le recorte las mangas y el cuello para que fuera más cómoda. Cogí también unos calzoncillos y un par de calcetines. Me deje caer por unos segundos en la cama. Tenia el estomago revuelto y... las putas costillas.

- ¡Cross! Cross, ¿puedo ir a jugar con Sheila? Porfi, porfi. - sin darme cuenta me quede dormido. Sara estaba a mi lado tirando de mi brazo suplicando.

- ¿Ha venido a buscarte? - pregunte mientras me sentaba en la cama y la cogí en brazos.

- Si. Está fuera hablando con Tom.

- Ah, vale. Pues... - no, mierda. El gilipollas le había dicho a Sara que se llamaba Tom. - Esta bien. Ves con Sheila pero pórtate bien. ¿Vale?

- Si. Te quiero mucho, bonito.

- ¿Que? - fruncí el ceño. ¿Por que Sara me decía ahora bonito?

- Tom me ha dicho que te diga eso.

- ¿Bonito?

- No. - dijo riendo. - Te quiero mucho, bonito. - no entendía nada.

- Yo también te quiero, pequeña. Anda, ves. Luego iré a buscarte para comer.

- Vale. ¡Adiós!

Yo lo mataba. Le decía su nombre, encima la había vestido con un vestido recto con pantalones debajo, como si fuera una camiseta. Y para rematar, le había llenado la cabeza de esas putas trenzas igual que él. ¿Que quería? ¿Un mini-yo? Osea, un mini-el... Aggg, da igual. El caso es que no tenía puta idea de nada. Y encima le dice que me llame bonito, manda huevos. Ahora con más razón le llamaría así para joderle.

Cogí la ropa y salí de la habitación, estaba sentado tomando otro zumo viendo la televisión desde la mesa. Ni siquiera se dio cuenta de que salí de la habitación.

- Se supone que tienes que decir que te llamas Ray. - giró a verme. - Y ya has metido la pata con Sara. Y los vestidos no se ponen con pantalones.

- Era una camiseta.

- Es un vestido. ¿Desde cuando las niñas llevan camisetas hasta las rodillas?

- Son camisetas raperas.

Cross.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora