Memorias imborrables. [TERMINADA]

Capitulo 08

# Primero que nada, lamento no haber escrito antes un cap. Lo que pasa es que he tenido algunos problemas con lo de la matrícula a la universidad. Entonces... Bueno, pero lo he subído. Espero no haber perdido algún lector, me sentiría algo mal.

Ojalá les guste este capítulo. Intentaré escribir más seguido... Me costará, pero lo intenaré. Voten y díganme que piensan de como va la historia. Gracias ;)

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Los sentimientos encontrados mientras nos mirábamos de reojo eran extraños. Sus ojos grises estaban pegados a los míos como si estuviésemos juntos, pero en verdad, él estaba al otro lado de la calle mientras yo discutía con Frank.

— ¡Deja de cabrearme, maldita sea! —Chilló. —Tienes que volver a la habitación del hotel, o te juro que no respondo. —Me amenazó. Leonardo y su hermano estaban mirándo desde el otro extremo de la plaza.

—Que no. —Dije decidída. Sus ojos se encontraron con los míos y me presionó de mis hombros. Sentía sus dedos enterrados en mí. —Me iré a vivir con Robert. Ya lo decidí.

—¡MALDITA SEA, ELIZABETH! —Gritó apartándome con violencia. Me quedé mirándo mi reflejo frente la ventana de la tienda de dulces. Los ojos de mi prometido estaban llenos de odio, me preguntaba que cojones me diría si llego a decirle que le fui infiel hace cuatro noches con Bradd. El cual, ahora estaba mirándome con deseo del otro extremo. Me mantuve firme, no iba a intimidarme.

—Que no. No me harás cambiar de opinión. —Sus manos chocaron contra el cristal, apoyándose para poder acorralarme. Sentía como mi pecho se ahogaba, como mi respiración se aceleraba... ¿Estaba teniéndole miedo? Sí, lo hacía. Me daba miedo saber que él era un posible traficante de menores... Mis puños se apretaron con furia.

—Porque cojones pienso que hay alguien que te está obligándo a alejarte de mí. —Me dijo distraído. Su rostro estaba muy cerca del mío, su aliento chocaba con violencia sobre mi cara y, pude divisar como Leonardo sujertaba de los brazos a su hermano ya que este último deseaba alejar a Frank de mí. Tragué saliva.

—Hablas mierda. —Dije aumentando la ira de Frank. Bajó los brazos y se puso derecho.

—¿Estámos terminando, Elizabeth? —Puse los ojos como platos. En verdad no tenía ni la más puta idea de si eso pasaba o no. Mi corazón me obligaba a decir la verdad, pero mi mente me obligaba a guardar silencio. Miré el suelo. —Elizabeth, mírame. ¿Eso quieres? —Negué con la cabeza.

—Solo quiero cuidar de mi Padre. —Dije confundida.

—¿Tu Padre? Tu Padre es Félix Cooper. No ese hombre. —Dijo irritado. —Para de mentir.

—Hay muchas cosas que tú no sabes de mí. —Le tomé el rostro entre mis manos. —Tómate el tiempo de averiguarlas, que si no, seguirémos así. —Dije haciéndole a un lado. Sus dedos se enredaron en mi muñeca derecha, apretándo mi muñequera. Mi corazón se dislocó al darme cuenta que tal vez él se daría cuenta de que siempre me ponía nerviosa lo cerca que quedaba de averiguar el nombre de Braddie Winther bajo mi manga. Sus dedos apretaron aún con más fuerza y luego me soltó sin más.

—¿Estas segura que es todo, bebé? —Mi corazón saltó al escuchar eso. Hace días que no me llamaba así... ¿Estaba dolido?

—Sí. Lo estoy. —Dije sin mirarle. —No me lo pongas más difícil .—Añadí. Los ojos de Bradd me miraron aturdidos y sin comprender lo que estaba haciéndo o diciéndo. Frank, por otro lado, estaba mirándo a Bradd con los ojos inchados por la ira.