Capitulo 22

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—Silencio —Dijo una voz mientras intentaba abrir mis ojos. Me quedé con la boca seca y la garganta ahogada mientras intentaba tragar saliva. Abrís mis ojos como platos y miré a los presentes. La habitación era un tono acaramelado claro y me percaté de que Sophie estaba allí con una mujer y un hombre que les tomaban las manos. Ella le entregó el rosario al hombre de cabellos castaños y se acercó a mí mientras tomaba una de mis manos.

—Has despertado, gracias a Dios —Dijo mientras intenté no hacer notar mi mueca ante esas palabras. No había sido gracias a Dios, había sido gracias a mi esfuerzo de querer ver la luz. O quizás la cría podía tener razón. —¿Cómo te sientes? —No dije nada. Sophie miró a la pareja que estaba detrás de ella y la señora se adelantó.

—Quiero, más bien, querémos darte las gracias por haber salvado a nuestra princesa —Dijo apretándo mi mano con suavidad y dulzura. Me quedé helada cuando una imágen de Sophie disparándole a Frank. Recordé con detención, recordé con humillación... Aparté mi mano con cautela, no iba a dejar que nadie más me tocase en mi puta vida. Sophie tocó mi vientre y eso lo permití, ella era mi amiga, mi aliada...

—Tu bebé está sano y salvo, o eso dijo el Doctor... Que por cierto, me parece que te conoce —Dijo frunciéndo los labios. Enarqué una ceja, hablábamos de Bradd, grandioso.

—¡ELIZABETH! —La voz de Rogger se escuchó por toda la habitación y le vi acercarse con un ramo de flores enorme que depositaba sobre una mesa que estaba a mi lado. Sus manos tocaron mis mejillas y me aparté con horror. No comprendió mi reacción y Sophie le tocó el hombro. Mi amigo comprendió y dió un paso atrás... Agradecí aquello. —En honor a la verdad... Te he extrañado demasiado —Dijo mientras yo enarcaba una ceja nuevamente. ¿De verdad me extrañaba? ¡¿ENTONCES POR QUÉ DEMONIOS NO ME IBA A RESCATAR?! Mi piel se erizó por la ira y mi boca pedía agua con locura.

—Los médicos dicen que tardará en asimilar que ha salído de ese horrible lugar —Dijo el hombre que acompañaba a Sophie y a su Madre. Miré a la chica, ella tocaba las flores que Rogger había traído para mí. Ella me sorprendió mirándole y me sonrió.

—Mataría a esos hijos de puta —Dijo Rogger casi en un susurro.

—Ella los mató —Dijo Sophie, —uno por uno... Aunque al jefe le maté yo —Dijo encogiéndose de hombros. Sus Padres pusieron los ojos como platos y vi como la mujer hacía la señal de la cruz en su frente. Enarqué una ceja y Rogger me sonrió.

—Quiero saber algo, todos preguntan si es buena idea que vengan a verte... ¿Qué dices? —No dije nada. Miré a Sophie y negué con la cabeza. La chica era inteligente y sabía que estaba enojada con todos por tardar en encontrarme que tuve que escapar por mi puta cuenta, arriesgándo no solo mi vida, sino, que la vida de una muchacha inocente y la de un crío que aún no nacía.

—No creo que sea buena idea —Dijo mi amiga mientras apretaba mi mano. Rogger me miró angustiado. Sacudió su cabeza y caminó hacia la puerta... No sentí nada al verlo marchar.

—Hay que hablar —Dijo el Padre de la chica. Miré a su Madre y ella asintió. No entendí a qué demonios se referían, pero cuando les vi marcharse comprendí que Sophie y yo teníamos que hablar.

—Se han marchado para darnos privacidad. Te están muy agradecídos por haberme salvado... Has quedado como una heroína frente todo el país —Dijo complaciente. Enarqué una ceja y suspiré. Miré el jarrón con agua y pasé mi lengua por mis labios secos. Sophie asintió y me sirvió un vaso con agua. Lentamente, comenzó a darme de beber porque la verdad era que no tenía intención alguna de tomar por mi cuenta.

—Gracias —Dije mientras ella asentía en señal de comprención.

—¿Por qué no quieres ver a tus amigos? —Enarqué una ceja y luego volví a suspirar.

Memorias imborrables. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora