Capítulo 28

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Los ojos de Eloise me miraban confundidos... ¿Por qué mi hija miraba solamente me rostro? 
Braddie me dijo que era porque yo era su Madre pero, por algún extraño motivo sentía que ella me odiaba... 

—¿Eli? —Levanté la mirada y vi a un Félix con manos rellenas de globos y un gran oso de peluche. Levanté las cejas, y mi hija lentamente volteó a mirarle. Comenzó a llorar y Félix dejó todo amarrado al pie de la cama, estiró sus manos y tomó en ellas a la pequeña criatura.

—Cuidado —Le dije protectora.

—Es bellizima —Eso ya lo sabía, era una criatura preciosa.

—¡Que yo quiero tomarla primero! —Chilló Sophie desde el otro lado de la habitación. Escuché un par de porrazos y levanté la cabeza en señal de cuidado.

—¡Elizabeth! ¡La muy pendeja quiere quitarme el derecho de ser el padrino! —Me reí por lo bajo y Félix me miraba con desaprobación, menudo royo.

—¿Crees que podré llevarmela algún día a Canadá? —Examiné su rostro, buscando si era alguna clase de broma de pésimo gusto pero, para mi sorpresa, no era una broma.

—Ni hablar. —Dije remarcando el final en esa oración. Mi hija apretó con determinación la chaleca de Félix y él sonrió. 

—Sí, pequeña, algún día te llevaré conmigo y tendrás todos los lujos que desees —Odié aquello. Mi hija no necesitaría nada de aquel ser humano tan despreciable.


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En honor a la verdad, apenas podía moverme. Eloise estaba recostada en su cuna de color verde, me miraba detenídamente y, era extraño porque, lloraba solamente cuando llegaba la gente, al estar sola conmigo solo se limitaba a mirarme... Asustaba. 

—¿Quieres comer pequeña? —Le pregunté acercandome a la cuna. Ella tenía sus lindos safiros abiertos como si desease que los mirase todo el día y, de la nada, los cerró. —¿Elo? —Pregunté mientras acariciaba su frente. Ella abrió los ojos y me miró con ira. Claro, solo quería dormir. Bufé y me encaminé hacia la cocina.

Hace tiempo, había escuchado que los bebés no suelen comportarse de aquella manera... ¿O yo era la extraña que aún no aprendía a comportarse como una Madre? 
Apoyé mis manos del fregadero y maldije por lo bajo, jamás podría ser la Madre que Eloise necesita...

¿Quieren la verdad? Estoy pensando seriamente en no subir otra vez a mi cuarto.

—¿Elizabeth? —Me asomé por la cocina y divisé a un Braddie bastante mojado... ¿Llovía? ¿De verdad? —¿Dónde está mi hija? —Genial.

—En su cuna. —Un llanto nos hizo reaccionar. Corrimos escaleras arriba y la encontramos en la cuna, con sus manitas arriba y exigiendo atención de parte de sus Padres. Más bien, de parte de su Padre.

—Hola, preciosa —Dijo levantandola. Ella se acurrucó en su pecho y ahí se quedó. —La cargaría todo el día —Dijo sincero. Claro, todo el día.

SOPHIE

Rogger y yo debíamos de comportarnos. Caminé con él hasta cierto punto y nos separamos para buscar lo que correspondía un regalo descente para nuestra pequeña ahijada... El bautizo sería la próxima semana y, quería que tuviese el mejor regalo. Pero claro, nada es fácil considerando que competía por su cariño contra Rogger.

Subí las escaleras mecánicas y llegué a la sección de casa&ideas, miré los corredores, miré las paredes y hasta el piso. Nada. ¿Cómo era posible que no hubiese nada para una bebita aquí? 

Memorias imborrables. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora