Capitulo 15

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ELIZABETH

Mi corazón seguía acelerado, las llamadas de Frank no paraban y Lucifer seguía acariciándo mi piel con su ronroneo. Dejé mi mano encima del animal y suspiré. Me había alejado de todos en casa de Robert...

Se había quedado bastante sorprendido cuando le dije que estaba embarazada, pero ¿sabes? me dijo que él estaba dispuesto a apoyarme en todo lo que yo decidiese. Eso me hizo pensar que al menos, tenía a alguien de mi lado por si deseaba terminar con esto.

La verdad era que no me sentía apta para ser Madre, es decir... ¿De verdad? ¿Yo?

Yo apenas sabía calcular número, era mi vida... Me gustaba montar en motocicleta, pero desde que estaba aquí en Atlanta no hacía nada de eso. Había dejado mi vida y mi trabajo por seguir a alguien que ni siquiera amaba de verdad y ahora... ¿Ahora? ¡Había arrancado de una vida llena de hijos con Frank y me metía en una con Bradd! Mi pecho estaba apretado. Mi corazón saltaba de ira y rabia mientras sentía que todo mi cuerpo se agitaba por el mal rato que me hacía pasar mi cabeza con tanto pensamiento de mierda.

Sin mentir, me envolví con las sábanas de la habitación de Robert. En la mía hacía suficiente frío como para seguir congelándome. Sentía mi pecho más apretado de lo normal y lo único que deseaba ahora era morir ahogada con mi propio sufrimiento y mi propia rabia. Así todos los infelices que me presionan con este embarazo comprenderían que me han matado. No, eso era muy cruel... ¿Qué culpa tenía el crío que llevaba dentro? ¿Y era niño o niña? ¿Y a mí que cojones me importaba? Apreté mis rodillas contra mi estómago y recé a Dios para que esto fuese irreal nuevamente. "Embarazo psicológico." pensé para mis adentros, "No es nada más." dije con firmeza. 

Me asomé a la cocina de la casa de Robert —Y mía, añadiré.—Las cosas estaban algo fuera de lo normal, Robert había dejado la loza sucia y el desorden era bastante grande considerándo de que estaba solo. Suspiré. ¿Por qué demonios siempre me apiadaba de él y le ayudaba siempre? Ah, ya lo recuerdo, le había perdonado por todo. Entonces, el pequeño costado de mi cuerpo comenzó a arder... "Quizás no del todo." Garanticé.

Mis sentimientos hacia lo que llevaba dentro de mí estaban algo confundidos. Sabía que era posible que naciera, como también era posible que no naciera... Me quedé mordiéndome el dedo índice de mi mano derecha mientras dejaba correr el agua del fregadero.  ¿Qué más daba? Era una manía que había estado en mí desde que tengo memoria...

—Lucifer, muévete —Dije mientras el gato chillaba porque le había pisado la cola. Me quedé apoyada del fregadero un momento y miré el techo como si allí estuviese la maldita respuesta a mis plegarias. "¿Por qué demonios no me cuidé?" Miré el móvil mientras sonaba sobre la mesa del salón. Me puse de pie y caminé hacia donde se encontraba para poder atender.

La pantalla mostraba el nombre de Frank y esto iba a terminar por volverme loca. ¿Debía de atender? ¿Y si mejor lo dejaba sonar y nada más? Miré la pantalla y dejó de sonar. La canción que irritaba había dejado de sonar. Sonreí y luego levanté la mirada para encontrarme con la mirada juguetona de Lucifer —No critiques —Le advertí.

Estaba tan condenádamente cabreada que no encontré mejor forma de desquitarme con mi soledad que salir a caminar un momento, aunque fuese sola. Me puse la cazadora negra encima y salí a caminar mientras Lucifer andaba en cuatro patas a mi lado. Movía su cola como el gato amanerado que era y le sonreí cuando sus ojos gatunos se concentraron en los míos. Mi respiración era más calmada y daba gracias a lo que fuese que estuviese arriba que me hubiese dado un día sin nadie.

Braddie estaba ocupado en la clínica, Lexi estaba en una cena de aniversario con Boris. Leonardo estaba con Jessica y los críos... Y claro, Rogger estaba en los bolos con el idiota de Robert. Estaba sola, completamente sola. Luciano había luchado contra mi voluntad cuando gritaba que quería pasar el día conmigo. No tengo nada contra ese chaval, pero, al notar que tenía sentimientos maternales hacia él se me hacía más difícil poner la cabeza fría sobre mi embarazo. Suspiré.

Memorias imborrables. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora