Krum

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28 de Febrero de 1994

Querido Diario:

Cuando terminé de escribir lo anterior, me hicieron un hechizo.

- Disculpe, profesora McGonagall, se supone que… humm… ¿debería estar dormida?

Ella frunció el entrecejo.

- Claro, señorita Granger. Pero… no entiendo qué ha sucedido… hechizaré a la señorita Chang – tampoco surgió efecto -. De acuerdo, a la niña Gabrielle – nada le pasó a la hermana de Fleur -. ¿Al señor Weasley?

Como te habrás imaginado, nada le pasó tampoco a mi Ron. Era extraño.

- Señorita Chang y Delacour, acompáñeme a la oficina del profesor Snape. Quizás él pueda solucionar nuestro inconveniente… Mientras tanto – me miró -, Weasley y Granger: Cuidarán mi despacho.

¿Para qué necesitaba que lo cuidáramos? Realmente no me importaba, porque estaba pensando en qué hacer teniendo a Ron tan cerca… estando solos. Respiré profundo: McGonagall y las otras ya se habían retirado.

- Hermione, hay algo que debo decirte.

Sí, diario, era Ron hablándome…

- ¿Qué, Ronald?

- Pues… ¿con rodeos o sin rodeos?

- ¿Viene al caso?

- Sí.

- Sin rodeos – le respondí.

- Bien. Me gustas.

Y me besó.

En la boca.

Inmediatamente la respiración se me detuvo, y mi corazón dejó de latir. No sentía el cuerpo… Y de pronto… Frío.

Miré a mí alrededor y… había un tiburón. Grité, aterrada, y casi sin darme cuenta miré a mi alrededor… había agua, mucho agua… y lejos en un horizonte había personas. Miré nuevamente al "tiburón" y noté que era Viktor Krum, que había transformado tan solo la mitad de su cuerpo. Cerré los ojos, abatida: aquel sueño había sido demasiado real. Ron jamás me había besado, sólo fue una alucinación producto del hechizo… Y, de pronto, todo el cuerpo de Vicky volvió a la normalidad.

- ¿Estás bien, Herrrmione? ¿Porrr qué grrritabas? ¿Te he hecho daño?

- Estoy bien, Viktor. Sólo me he llevado un susto…

En un par de minutos estábamos en la orilla, y Viktor me hablaba atropelladamente.

- Herrrmione, ¿en serrrio te encuentrrras bien? ¿Quierrres otrrra manta? – me tendió la suya -. ¿Mejorrr?

- Sí, Viktor. ¿Y Harry?

- Aún no ha salido – murmuró, demostrando su poco interés…

- ¿Y Delacour?

- Se ha rrretirrrado – miré hacia donde Viktor me señalaba y la vi llorando histérica…Una menos.

- Herrrmione, ¿podemos hablarrr?

No pude omitir la nota de fastidio al decirle:

- Estamos hablando, ¿verdad?

- Sí, lo sé. Yo… bueno, Herrrmione. Me parrreces una chica grrrandiosa y rrrealmente… nunca había sentido algo así porrr alguien. Porrr ninguna otrrra chica.

- Viktor…

- No, Herrrmione, déjame terrrminar. Yo rrrealmente me estoy tomando esto en serrrio y me gustarrría invitarrrte a pasar éste verrrano conmigo y conocerrrnos más.

Diario Secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora