Baile de Navidad

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26 de Diciembre de 1994

Querido Diario:

Luego de pasar toda la tarde jugando a la guerra de nieve, fui a la habitación de Ginny.

- Ponte el vestido – me ordenó -. Quedarás preciosa, harás que Ronald se arrepienta.

Me miré en el espejo. Mi peinado. Yo. Y no me gusté.

- No es que dude de ti, pero no lo lograrás…

- Claro que sí. Como que me llamo Ginevra Weasley. Haremos que se arrepientan.

Supe que se refería a Harry, quién antes de quedar con Parvati, había invitado a Cho Chang. Ravenclaw, un año mayor que yo, dos mayor que Ginny. Me puse mi vestido azul con pequeño escote, bajo la rodilla y con preciosas perlas brillantes. Mis sandalias, eran plateadas. Mientras tanto, Ginny se colocó su vestido del color de sus ojos con un escote demasiado generoso y sobre la rodilla. Sus sandalias eran rojas. Y cuando estuvimos listas lo notamos al mismo tiempo. Ya no tenemos el cuerpo de unas niñas. Ginny me sonrió.

- Siéntate. Te peinaré primero.

Asentí con la cabeza, y me senté en su cama.

- Bueno, lo primero es la poción lavadora. Te dejará el pelo como si te hubieras bañado dos horas. Luego, la poción alisadora, que tarda media hora en hacer efecto. Le sigue la poción que desenreda, y por último una poción que te rociaré en el cuerpo que reduce tu transpiración en un ochenta y siete por ciento.

- ¿Todo eso?

- Sí, amiga. Mientras te hace efecto la poción alisadora, yo me haré pequeños bucles en una tiara de mi propio cabello.

- ¿Sabes? Deberías ser peluquera…

- ¿Qué es una pebluquera?

- Se dice peluquera, Ginn. Es un trabajo muggle en el cual peinas a las personas.

- ¿Y te pagan por ello? ¡Ojala fuese muggle!

Una hora después, ambas estábamos peinadas. Sin embargo, Ginny no dejó que me mirara en el espejo.

- Me falta el maquillaje – anunció, mientras me miraba críticamente -. Bueno, un poco de base, rubor, brillo labial, sombra celeste, delineador azul y… rimel.

- ¿Tantas cosas?

- Es poco. ¿Crees que Viktor vaya a besarte?

- ¿Qué?

- Pues… si te va a besar, te pongo el brillo labial a base de agua: tarda seis horas en desaparecer.

- ¡No lo hará!

- Bueno, de cualquier manera, más vale prevenir, que lamentar…

- ¡Entonces ponte tú también, por si te besa Nev!

Ginny soltó una risita desafiándome y comenzó a maquillarme. Cuando estuve lista, comenzó a maquillarse sola. Un labial rojo brillante, sombra marrón.

- Sólo me falta un detalle contigo, Mione…

- ¿Cambiarme a mí?

- No. ¡Ah! Ya sé qué es…

Tomó un frasco brillante y me colocó una sustancia pegajosa en el pelo y en el cuello.

- ¿Puedes colocarte un poco en el escote? – Me preguntó amablemente -. Es brillo corporal, usa sólo un poco.

Le hice caso, sin ganas de replicar. Mientras tanto, ella sacó unos cuantos mechones de pelo de mi peinado, e hizo pequeños rizos bien formados.

- ¡Listo! – Dijo sonriendo radiantemente -. Estás… preciosa.

Diario Secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora